Un octogenario japoníés denunció la píérdida de 360 millones de yenes (cuatro millones de dólares) que había enterrado durante diez años en su jardín por la baja rentabilidad del sistema bancario nipón, confirmó hoy la Policía a Efe.
La denuncia fue presentada en octubre ante la Policía de Imari, en la provincia de Saga (sur de Japón), que, tras tres meses de investigaciones, determinó ayer que el suceso corresponde a un robo y no a una invención del dueño.
Al parecer el hombre, que murió de una enfermedad poco despuíés de percatarse del robo, enterró esa elevada cantidad en distintos recipientes y en diferentes años, según explicó a Efe una portavoz de la Policía local.
"Lo puse en el jardín ya que los tipos de interíés en el banco son muy bajos y no merecía la pena", aseguró a la Policía el denunciante en su día.
El Banco de Japón (BOJ) ha mantenido los tipos de interíés en torno al cero por ciento durante los últimos años.
Cuando el ex empresario denunció el robo a la Policía local de Imari, los agentes dudaron en un primer momento que el caso pudiera ser considerado delito ya que la desaparición del dinero era difícil de probar.
Pero finalmente ayer la Policía determinó que el dinero fue enterrado por su dueño en varias ocasiones desde hace más de diez años y que se dio cuenta en octubre de que el jardín había sido excavado, un año despuíés de la última vez que escondió dinero.
La Policía de Imari continúa con la investigación del caso pese a que el denunciante ya ha fallecido.