La historia no contada de cómo Jeff Bezos venció a los tabloides

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Por... Brad Stone


Cuando un trapo de chismes atacó al CEO, este tomó represalias con la brutal y brillante eficiencia que usó para construir su imperio empresarial. En un extracto exclusivo del nuevo libro Amazon Unbound llega una historia inigualable de dinero, sexo y poder.


"Levante la mano si cree que ha tenido una semana más dura que la mía".

Era el 14 de febrero de 2019, a primera hora de la tarde, y quizás por primera vez en los 25 años de historia de Amazon.com Inc. , Jeff Bezos estaba preparado para explicarse a sus empleados.

Bezos era un compartimentador maestro; su capacidad para mantener separados los intrincados hilos de su vida personal y profesional no tenía rival. Este talento le había permitido construir Amazon mientras también dirigía una empresa espacial, Blue Origin LLC , y revivir el Washington Post, todo mientras mantenía su vida familiar en privado. Pero esos hilos se habían enredado. Bezos, padre de cuatro hijos , fue objeto de historias sensacionalistas en el National Enquirer sobre su relación con un ex presentador de televisión casado.

En lugar de hacer lo que hacen la mayoría de los multimillonarios bajo tal escrutinio, guardar silencio y esperar a que pase la tormenta, Bezos se había hecho público. Había escrito una publicación de blog lasciva que incluía descripciones de fotos que el Enquirer afirmó haber adquirido, entre ellas: una "selfie debajo del cinturón". Había sugerido que el periódico estaba haciendo esto como represalia política por los informes del Post sobre las conexiones del Enquirer con la administración Trump.

Ahora, frente al grupo de liderazgo de Amazon, el equipo S, Bezos se dirigió al elefante en la sala. "La historia está completamente equivocada y fuera de orden", dijo. “MacKenzie y yo hemos tenido conversaciones adultas buenas y saludables al respecto. Ella está bien. Los niños están bien. Los medios de comunicación están teniendo un día de campo ". Luego trató de reenfocar la conversación en el asunto en cuestión: proyecciones de personal para el año en curso. “Todo esto distrae mucho, así que gracias por estar concentrado en el negocio”, dijo.

El asunto fue un shock para la mayoría de los altos ejecutivos, aunque recientemente algunos habían notado cambios en el comportamiento de su jefe. Las reuniones para Op1, el término de Amazon para su ciclo de planificación anual de fines de verano, se habían retrasado o pospuesto; A los diputados de mucho tiempo les resultaba difícil anotar el tiempo en su calendario. También estaban los helipuertos que Amazon había solicitado para sus puestos avanzados planificados en la ciudad de Nueva York y Arlington, Virginia. Estos habían enfurecido a los funcionarios locales, ya escépticos sobre otorgar miles de millones de dólares en exenciones fiscales a una empresa con un valor de mercado de un billón de dólares , y había contribuido al desguace de una segunda sede prevista en Queens.

Cómo Jeff Bezos venció a los tabloides

Como ya sabían algunos en la reunión, la nueva novia del jefe, Lauren Sánchez, era piloto de helicóptero. Bezos había tomado lecciones de vuelo él mismo. Y luego estaba el curioso asunto de las acciones. El 9 de enero, Jeff y MacKenzie Bezos habían anunciado su divorcio a través de Twitter. Pero unas semanas antes de eso, los departamentos legales y financieros de Amazon habían comenzado a preguntar a los accionistas institucionales más grandes de la compañía si apoyarían la creación de una nueva clase de acciones con derechos de voto reducidos. Se han utilizado estructuras de acciones de clase dual en Facebook , Google y Snap para concentrar el poder de voto. entre los fundadores de empresas, dándoles el máximo dominio sobre cuestiones de gobierno corporativo. Amazon se había hecho pública una década antes de que esas estructuras estuvieran de moda, por lo que Bezos no había tenido tanto poder. Ahora aparentemente lo quería.

Amazon disputó enérgicamente que la vida personal de Bezos tuviera algo que ver con estos movimientos. Los representantes de relaciones públicas afirmaron que tener helipuertos en la ciudad de Nueva York habría sido "útil para ciertos eventos, como recibir dignatarios". La historia oficial sobre las clases de acciones era que Amazon estaba explorando formas de seguir dando acciones a los trabajadores de los centros logísticos y que podría utilizar la segunda clase de acciones para realizar adquisiciones. Esas explicaciones siempre habían parecido un poco frágiles. Pero después de que Bezos tuiteó la noticia de su divorcio, algunos de los que habían escuchado sobre el plan de acciones llegaron a suponer que se trataba de que Bezos mantuviera firme el control de la empresa ante un costoso acuerdo de divorcio que terminaría reduciendo su participación 18% a 12%.

Era la primera vez que algunos altos ejecutivos recordaban haber visto a Bezos acorralado por adversarios, que ahora incluían, improbablemente, a un gerente de Hollywood que buscaba vender selfies explícitos. Por otro lado, el episodio fue la culminación de la transformación de Bezos de una década de un fanático de la tecnología a un maestro de un imperio de un billón de dólares. Sus enemigos ahora incluían a Donald Trump, que despreciaba al Post , y Mohammed bin Salman, el príncipe heredero de Arabia Saudita, que estaba amargado por la cobertura del periódico del asesinato del reportero disidente Jamal Khashoggi y más tarde estaría implicado en un supuesto complot para poner software espía en el teléfono inteligente de Bezos. Bezos estaba navegando por todo esto como siempre lo había hecho: pensando de manera poco convencional y manipulando las palancas de los medios. De alguna manera, su manera solía funcionar.

De vuelta en el complejo de la sede de Amazon en Seattle, en el sexto piso de la torre Día 1, la reunión de planificación se prolongó hasta las primeras horas de la noche. Ejecutivos de finanzas acosados entraban y salían de la sala distribuyendo hojas de cálculo. Es posible que Bezos no pueda controlar el revuelo de la prensa sensacionalista que relata alegremente sus aventuras sibaritas con Sánchez, pero podría controlar el crecimiento del recuento de personas en todas las divisiones de Amazon.

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Mientras el sol se ponía sobre las Montañas Olímpicas, proyectando un brillo dorado en la sala de conferencias, los ejecutivos comenzaron a mirar furtivamente sus teléfonos y responder a los mensajes de texto de sus seres queridos. Finalmente, a las 7:30, el vicepresidente senior Jeff Blackburn habló y dijo lo que todos estaban pensando: “Oye, Jeff, ¿cuánto tiempo crees que va a durar esta reunión? Muchos de nosotros tenemos planes ". Después de todo, era el día de San Valentín.

"Oh, es cierto", dijo Bezos, riendo. "Me olvide de eso."

"Si alguien advirtió a Bezos que una aventura con una celebridad menor casada podría provocar una reacción pública desagradable, ignoró esas advertencias".

Durante años, Bezos tejió la historia de su noviazgo y matrimonio con MacKenzie Bezos (ahora MacKenzie Scott ) en su personalidad pública. En sus discursos, bromeó sobre su búsqueda de soltero para encontrar una mujer lo suficientemente ingeniosa como para "sacarme de una prisión del Tercer Mundo", como si el aficionado a los libros MacKenzie, un novelista con un título en inglés de Princeton, pudiera algún día descender en rappel desde el techo. de alguna cárcel abandonada de Dios con una ganzúa entre los dientes.

Pero mientras Bezos y sus manejadores crearon la imagen de un esposo cariñoso y un hombre de familia, él y su esposa desarrollaron apetitos divergentes por la atención pública. Después de que Amazon abrió un puesto de avanzada en Hollywood y comenzó a producir películas, Bezos asistió a los Globos de Oro y los Premios de la Academia, se presentó en los estrenos y organizó una reunión anual en una propiedad palaciega en Beverly Hills, muy por encima de Sunset Strip. En una de esas fiestas en diciembre de 2016, para Manchester by the Sea , el primer ganador del Oscar de Amazon Studios, fue fotografiado con Sánchez y su entonces esposo, Patrick Whitesell, el poderoso presidente de la agencia de talentos Endeavour .

MacKenzie acompañó a su esposo a algunos eventos de Hollywood pero, según admitió ella misma, no era una persona social. "Los cócteles para mí pueden ser estresantes", le dijo a Vogue . "La brevedad de las conversaciones, la cantidad de ellas, no es mi punto ideal". Los amigos dijeron que ambos padres estaban comprometidos con sus cuatro hijos y con mantenerlos lo más lejos posible del impacto corrosivo de la celebridad y la riqueza llamativa.

Para 2018, Bezos estaba viendo a Sánchez, según mostraron más tarde documentos legales, mientras mantenía la apariencia de un matrimonio intacto. Su nueva novia, entonces de 48 años, era exuberante y sociable y, en muchos sentidos, lo opuesto a su esposa. Al igual que Bezos, Sánchez había nacido en Albuquerque, y aunque sus familias no se conocían, la pareja luego trazaría toda la coincidencia entre sus parientes en lugares como el Banco de Nuevo México, donde los padres de Bezos, Jackie y Mike, conocido por primera vez, y donde una vez había trabajado el primo de Sánchez. El padre de Sánchez, Ray, dirigía una escuela de vuelo local, Golden Airways, y su madre, Eleanor, tenía una licencia de piloto y había sobrevivido a un accidente de avión cuando Lauren tenía 9 años.

A finales de los 90, después de comenzar una carrera en la transmisión de noticias en una estación de televisión local en Phoenix, Sánchez se convirtió en corresponsal del programa de chismes sindicado Extra y luego en presentador matutino de Good Day LA de Fox . Condujo la primera temporada del programa de telerrealidad So You Think You Can Dance y tuvo algunos papeles pequeños en películas, esa es su interpretación de una reportera de noticias a los 91 minutos de Fight Club . Tuvo un hijo con el miembro del Salón de la Fama de la NFL y locutor Tony González antes de casarse con Whitesell y tener otro hijo y una hija.

A principios de 2018, su compañía de helicópteros, Black Ops Aviation , filmaba videos documentales para Blue Origin y los publicaba en YouTube. Unas semanas después, Sánchez le dijo a su hermano mayor, Michael, que quería presentarle a su nuevo novio. En abril cenaron en Hearth & Hound, un restaurante de moda de West Hollywood, acompañados por el marido de Michael y otros dos amigos. Michael se sentó frente a Jeff y los dos se llevaron bien. Más tarde, Michael expresó alarma sobre cómo su hermana y el director ejecutivo de Amazon expresaron abiertamente sus afectos, potencialmente a la vista de los paparazzi locales, mientras ambos aún estaban casados.

Si alguien advirtió a Bezos que una aventura con una celebridad menor casada podría provocar una reacción pública desagradable, ignoró esas advertencias. Llevó a Sánchez a Seattle con su madre y su hermano, donde hicieron un recorrido VIP por las Esferas , los tres invernaderos de vidrio interconectados en la sede de Amazon, y a Washington, DC, donde le mostró las imprentas del Post . Asistió al lanzamiento de un cohete Blue Origin ese verano y ayudó a producir un video inspirador de 2 minutos para la compañía de cohetes Bezos con tomas aéreas y una rara voz en off del propio CEO, mientras Your Blue Room de U2 y Brian Eno sonaban de fondo. . "La necesidad humana de explorar está muy dentro de todos nosotros", entonó Bezos al comienzo del video.

Como muchas parejas modernas, la relación de Bezos y Sánchez también se desarrolló digitalmente. El hombre más rico del mundo era, para decirlo sin rodeos, sexting. Sánchez compartió muchos de estos textos y fotografías con su hermano, un gestor de talentos que representó a una variedad de expertos en noticias por cable y concursantes de reality shows. Pero todo eso estaba sucediendo fuera de la línea de visión de Bezos. Estaba cautivado por el aventurero Sánchez y, por naturaleza, no estaba predispuesto a ser paranoico o inmediatamente escéptico con nadie, especialmente con el hermano de su nueva amante. Su filosofía, según un amigo, era esencialmente: "Es mejor asumir la confianza y descubrir que estás equivocado que asumir siempre que la gente está tratando de arruinarte".

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“Todo lo que hice protegió a Jeff, Lauren y mi familia. Yo nunca vendería a nadie "

Durante el verano de 2018, a medida que se intensificaba el romance entre Bezos y Sánchez, el Enquirer venía de unos años catastróficos. Las ventas en los quioscos estaban cayendo y el editor del periódico, David Pecker, había sido acusado de comprar los derechos de las historias sobre las infidelidades matrimoniales de su amigo Donald Trump y luego negarse a publicarlas, una práctica conocida como "atrapar y matar". Esto había llamado la atención de la empresa matriz del Enquirer , American Media Inc. , o AMI, a los fiscales federales del Distrito Sur de Nueva York, que estaban investigando posibles violaciones de las leyes de financiación de campañas.

El principal editor de Pecker, el director de contenido Dylan Howard, era un australiano bajo y corpulento de 36 años y un cronista acérrimo de las hipocresías e indiscreciones de las celebridades estadounidenses. Howard, la fuerza periodística detrás de las supernovas de los tabloides como las diatribas antisemitas de Mel Gibson y el hijo amado de Arnold Schwarzenegger, era protector de su trabajo y combativo con sus rivales. Cuando el Post cubrió agresivamente los problemas de captura y muerte de AMI, Howard dijo a los reporteros que investigaran la vida personal de su adinerado propietario.

Una posible línea de investigación, según un correo electrónico que se envió al personal de AMI a fines del verano, fue examinar la relación de Bezos con la familia de su padre biológico, Ted Jorgensen, y por qué el CEO no los había contactado cuando Jorgensen estaba muriendo. en 2015.

Al día siguiente, lunes 10 de septiembre, Michael Sánchez escribió un correo electrónico a Andrea Simpson, reportera de AMI en Los Ángeles. Sánchez y Simpson eran amigos cercanos. Regularmente le enviaba noticias sobre sus clientes, y una vez se habían hecho tatuajes juntos por capricho. (El suyo, en su antebrazo, decía Je suis la tempête : “Yo soy la tormenta”). En el correo electrónico, Sánchez dijo que tenía un buen consejo para Simpson. Un amigo, escribió, trabajaba para un "tipo Bill Gates" que estaba casado y tenía una aventura con "una actriz casada de la lista B". El amigo, escribió Sánchez, tenía fotos comprometedoras de la pareja, pero quería un pago de seis cifras por la primicia. Sánchez afirmó estar trabajando como intermediario.

Simpson y sus editores en Nueva York solo pudieron adivinar las identidades de los amantes del misterio, especulando en correos electrónicos sobre figuras como Evan Spiegel y Mark Zuckerberg . Durante semanas, Sánchez los mantuvo adivinando y trató de aumentar el precio de venta al insinuar que la historia podría terminar en un tabloide británico. A principios de octubre, se reunió con Simpson y le mostró mensajes de texto y fotos con los rostros ocultos. “Con solo mirar alrededor y por el cuerpo, creo que puede ser Jeff Bezos”, escribió Simpson a sus jefes.

Finalmente, el 18 de octubre, Sánchez llamó a Howard y le reveló que el "tipo Bill Gates" era, de hecho, el director ejecutivo de Amazon. Sánchez y AMI firmaron entonces un contrato que le daba derecho a un pago de unos 200.000 dólares, entre lo máximo que el Enquirer había gastado en una historia. El contrato estipulaba que el periódico haría todo lo posible por salvaguardar el anonimato de Sánchez y ocultar su identidad como fuente de la primicia.

Sánchez aún no había revelado el nombre de la "actriz casada de la lista B", pero los editores de Enquirer , que enviaron fotógrafos para rastrear el avión de Bezos, no tardaron en averiguarlo. Howard estaba en una feria comercial de la industria del entretenimiento en Cannes, Francia, cuando recibió fotos del CEO de Amazon y Lauren desembarcando de su Gulfstream G650ER.

El 23 de octubre, Michael Sánchez voló a Nueva York, cenó con Howard y James Robertson, otro editor de Enquirer , y corroboró lo que ahora sabían. También les mostró una memoria USB que contenía una colección de mensajes de texto a su hermana de Bezos, así como un puñado de fotografías personales que la pareja había intercambiado, e insinuó que en una fecha posterior podría mostrarles una foto más explícita que Bezos. había enviado su virilidad a Lauren.

Más tarde habría una gran cantidad de especulaciones sobre cómo el Enquirer obtuvo la historia de Bezos-Sánchez, incluidas acusaciones no probadas de que el exmarido de Sánchez, Patrick Whitesell, estaba involucrado, así como intrigas internacionales que involucran a Arabia Saudita. Pero Howard, Robertson y Simpson declararían más tarde ante un tribunal federal que Michael Sánchez era la única fuente de toda la información y el material comprometedor que recibieron durante la investigación.

Dentro de las monótonas oficinas de AMI en el extremo sur de Manhattan, la historia de Bezos fue recibida con entusiasmo y ansiedad. La empresa se declaró en quiebra en 2010 y estaba cargada de deudas por la adquisición de revistas como In Touch y Life & Style . Un esfuerzo por asegurar una inversión de Arabia Saudita para financiar una oferta para comprar Time no estaba dando resultado, y Anthony Melchiorre, el socio gerente del propietario mayoritario de la compañía, el fondo de cobertura de Nueva Jersey Chatham Asset Management , rara vez fotografiado , estaba ansioso por cualquier cosa. que podría poner a AMI en un nuevo peligro legal.

Ese septiembre, AMI había firmado un acuerdo de no enjuiciamiento con el Departamento de Justicia de Estados Unidos por acusaciones de que había tratado de ocultar historias negativas sobre Trump. El acuerdo requería que sus ejecutivos cooperaran con la investigación federal del abogado de Trump, Michael Cohen, y operaran en el futuro con una honestidad irreprochable. Aseguró que la empresa permanecería bajo la atenta mirada de los fiscales durante años. Romper el acuerdo podría significar la ruina financiera para AMI.

Pecker, un jefe temperamental que realizaba gran parte de su trabajo desde su teléfono celular mientras conducía entre sus hogares y oficinas en Connecticut y la ciudad de Nueva York, calificó un borrador del artículo de Bezos como “la mejor pieza de periodismo que jamás haya hecho el Enquirer ” y se jactó de ello. un correo electrónico a los editores de que “cada página de una historia debería ser otro golpe mortal para Bezos”, según una persona con conocimiento de las investigaciones criminales. Pero a Pecker también le aterrorizaba ser demandado por el hombre con los bolsillos más profundos del mundo. Exigió que la historia sea "100% a prueba de balas" y vaciló sobre cuándo, e incluso si, deberían publicarse.

Durante el resto de ese otoño, el Enquirer trabajó en la historia con la ayuda de Michael Sánchez. Envió por correo electrónico al periódico más fotografías y mensajes de texto e informó a los editores de los planes de viaje de la pareja. Cuando cenó con Bezos y su hermana en el restaurante Felix Trattoria en Venice, California, el 30 de noviembre, dos reporteros estaban apostados en mesas cercanas mientras los fotógrafos hacían clic subrepticiamente. Sin embargo, en la selfie explícita prometida, Sánchez pareció equivocarse. Acordó compartirlo con Howard en Los Ángeles a principios de noviembre y luego canceló la reunión. Unas semanas más tarde, el 21 de noviembre, después de que los editores de Enquirer siguieran acosándolo, finalmente accedió a mostrárselo a Simpson mientras Howard y Robertson miraban a través de FaceTime desde Nueva York.

Sánchez afirma que nada de esto fue una traición a su hermana. Ella y Bezos estaban llevando a cabo su relación al aire libre, y era solo cuestión de tiempo antes de que sus familias y el mundo en general lo descubrieran. “Todo lo que hice protegió a Jeff, Lauren y mi familia”, dijo Sánchez más tarde en un correo electrónico. "Nunca vendería a nadie". También creía, ingenuamente, que su acuerdo de fuente con AMI impedía que la empresa de medios utilizara el material más vergonzoso que les había proporcionado.

En un tema, al menos, parece que Sánchez no traicionó a su hermana. Más tarde le dijo a los investigadores del FBI que en realidad nunca tuvo una fotografía explícita de Bezos en su poder. En la reunión de FaceTime del 21 de noviembre, Sánchez no mostró una foto de Bezos en absoluto. Era una fotografía aleatoria de los genitales masculinos que había capturado de un sitio web de acompañantes llamado Rent.Men.
 
“Me hicieron una oferta que no pude rechazar. O al menos eso es lo que pensaban las mejores personas del National Enquirer "

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El 7 de enero de 2019, los editores de Enquirer enviaron mensajes de texto a Bezos y Lauren que comenzaban con una única frase incendiaria: "Escribo para solicitar una entrevista contigo sobre tu historia de amor". La pareja se movió rápidamente en respuesta. Lauren se volvió hacia la persona más cercana a ella que mejor conocía los descarados caminos de la industria de los tabloides: su hermano. Michael se ofreció inocentemente a explotar sus relaciones con los editores de Enquirer para averiguar qué tenían. Después de firmar un contrato de $ 25,000 al mes con su hermana, llamó a Howard para anunciar que actuaba como su representante y le sugirió que fuera a Nueva York para revisar los informes del periódico (que, por supuesto, había proporcionado). Confiado en la promesa de confidencialidad de AMI, Michael jugaba ahora en ambos lados.

Mientras tanto, Bezos involucró a su consultor de seguridad de toda la vida, Gavin de Becker, así como al abogado de entretenimiento de De Becker con sede en Los Ángeles, Marty Singer. Y, a principios del 9 de enero, dio instrucciones al departamento de relaciones públicas de Amazon para que publicara la noticia de su ruptura matrimonial desde su cuenta oficial de Twitter. "Queremos que la gente sea consciente de un desarrollo en nuestras vidas", comenzó la declaración. "Después de un largo período de exploración amorosa y separación de prueba, hemos decidido divorciarnos y continuar nuestra vida compartida como amigos".

El Enquirer publicó los lunes, pero Howard, reaccionando rápidamente, persuadió a Pecker para que autorizara una tirada especial de 11 páginas y publicó la primera historia del periódico en línea esa noche, un miércoles. "El jefe de Amazon casado, Jeff Bezos, se divorcia de Fling with Movie Mogul's Wife", gritaba el titular. Durante los siguientes cinco días, el Enquirer publicó historias adicionales con más detalles sobre Bezos y Sánchez y sus intercambios de texto privados.

Unos días después, Michael negoció un alto el fuego temporal: AMI dejaría de publicar artículos a cambio del acceso exclusivo de los paparazzi a Lauren mientras caminaba con dos amigos en el aeropuerto de Santa Mónica. El artículo se publicó el 14 de enero en Us Weekly de AMI , junto con citas enlatadas y el suave titular: "Las primeras fotos muestran a la novia de Jeff Bezos, Lauren Sánchez, sin preocupaciones después del escándalo".

Después de que corrió la historia, Michael le envió un mensaje de texto a Howard para agradecerle. "El nivel de cooperación que usted y yo hemos construido en 14 días se escribirá en los libros de texto", escribió. La semana siguiente, Howard le envió un correo electrónico a Michael y le aseguró que su anonimato como el filtrador original era seguro. “La historia no contada, por así decirlo, no ha sido contada”, escribió. "Lo estoy guardando para mi lápida".

Pero Bezos no estaba satisfecho. Se preguntó si la historia del Enquirer había sido una retribución política por los artículos publicados por el Washington Post y le dio a De Becker "el presupuesto que necesitaba para investigar los hechos" de cómo el periódico obtenía sus mensajes privados. De Becker había formado parte de dos juntas asesoras presidenciales, había escrito cuatro libros sobre la psicología de la violencia y había sido consultor de una letanía de figuras políticas y del entretenimiento de alto perfil. Bezos había seleccionado su libro de 1997, The Gift of Fear: Survival Signals That Protect Us From Violence , como uno de los primeros temas de discusión para el club de lectura del equipo S y se había asegurado personalmente de que apareciera en las tiendas de Amazon Books.

Después de una serie de llamadas telefónicas y mensajes de texto con Michael, de Becker sintió que algo andaba mal. Para dar a conocer sus sospechas, de Becker se dirigió a Daily Beast Co. , la empresa de medios dirigida por Barry Diller , un amigo de Bezos. En un artículo del 31 de enero, el Daily Beast reveló que de Becker había identificado a Michael como un posible culpable. Pero también planteó un escenario alternativo, uno que presenta a Bezos como un mecenas del periodismo que dice la verdad y el adversario del presidente estadounidense cuestionado por los hechos. Afirmó que la investigación del Enquirer estaba vinculada a la campaña de Trump contra el Post , y opinó en el artículo que "las pistas sólidas apuntan a motivos políticos".

No hubo evidencia detrás de esta insinuación, pero cambió la ventaja a Bezos. Al jefe de AMI, Pecker, le preocupaba que incluso un rumor sobre la participación del periódico en un complot político contra un multimillonario de renombre podría socavar su acuerdo de no enjuiciamiento. Le imploró a Howard que resolviera la disputa con el bando de Bezos y que se asegurara de que la investigación no tenía motivaciones políticas y que el Enquirer no había utilizado medios ilegales para anotar la historia.

Durante la primera semana de febrero, Howard le pidió a Singer, el abogado de De Becker, que consiguiera que Bezos y de Becker aceptaran que los artículos del Enquirer no eran un éxito político y prometió que dejaría de publicar historias dañinas. Singer quería saber exactamente qué mensajes de texto y fotos inéditos poseía el periódico. Howard no estaba seguro; sospechaba que el abogado estaba buscando la confirmación de la identidad de su fuente anónima. Y estaba nervioso por una próxima historia en el Post que amenazaba con asignar nuevamente motivos políticos a la investigación del Enquirer .

En un correo electrónico que envió a Singer en la tarde del 5 de febrero, el director de contenido de AMI escribió, “con el Washington Post listo para publicar rumores sin fundamento sobre el informe inicial del National Enquirer , quería describirles las fotos obtenidas durante nuestra recopilación de noticias ". Howard luego enumeró las nueve fotos personales que Bezos y Lauren habían intercambiado. Estas eran las fotos que había compartido con su hermano y que su hermano le había pasado al Enquirer .

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Con una abundancia de arrogancia fuera de lugar, Howard también hizo referencia a la "selfie debajo del cinturón" que había capturado a través de FaceTime de la reunión entre Michael y Simpson. Sin que Howard lo supiera, se jactaba de la imagen anónima que Michael había obtenido de Rent.Men. “No sería un placer para ningún editor enviar este correo electrónico”, concluyó Howard. "Espero que prevalezca el sentido común, y rápidamente".

Pero el equipo de Bezos, en cambio, aprovechó su ventaja. En un artículo del Washington Post publicado esa noche, de Becker identificó una vez más a Michael como un posible culpable y acusó a la filtración de "motivos políticos". Después de que se publicó el artículo, Pecker llamó a Howard para decirle que Melchiorre, el administrador de fondos de cobertura, estaba "balístico" y nuevamente presionó a Howard para que detuviera la locura. Howard luego comenzó a negociar directamente por teléfono con De Becker. Sospechosos y cautelosos, ambos grabaron las llamadas telefónicas.

En las transcripciones de la llamada, Howard parece tratar de evitar hacer amenazas explícitas, pero continúa reservándose los derechos del periódico para publicar los materiales. "¡Esto no debe interpretarse de ninguna manera como una forma de chantaje ni nada por el estilo!" le dice al investigador veterano en un momento. "Es de interés para ambas partes llegar a un acuerdo, dado el espectro de reclamos legales que están dando vueltas".

Howard y de Becker parecían progresar. El 6 de febrero, el abogado general adjunto de AMI envió los términos propuestos de un acuerdo por correo electrónico al equipo de Bezos. AMI estaría de acuerdo en no publicar ni compartir ninguna de las fotos o textos inéditos si Bezos y sus representantes se unieran a la empresa para rechazar públicamente la noción de que los informes del Enquirer tenían motivaciones políticas.

Bezos vio el correo electrónico como descaradamente extorsivo. El 7 de febrero les dijo a sus asesores que sabía exactamente lo que iba a hacer. Escribió un ensayo de más de 1.000 palabras titulado "No, gracias, Sr. Pecker" y se lo entregó al vicepresidente senior de asuntos corporativos globales de Amazon, Jay Carney, cuya ceja se frunció de sorpresa al leerlo por primera vez. en una videoconferencia con colegas. Luego, Bezos lo subió al sitio de publicación Medium .

La publicación fue impresionante. En él, Bezos incluyó los correos electrónicos del abogado y editor principal de AMI en su humillante totalidad. Pero, a pesar de lo vergonzoso que fue que se describieran en detalle sus sextos, Bezos sabía que también eran condenatorios para AMI. “Algo inusual me sucedió ayer”, escribió con el tono jactancioso de alguien sumamente confiado en su puesto. “Me hicieron una oferta que no pude rechazar. O al menos eso es lo que pensaban las principales personas del National Enquirer . Me alegra que hayan pensado eso, porque les animó a ponerlo todo por escrito ". Olvidó mencionar que solo lo habían hecho después de haber sido presionados por un abogado que trabajaba en su nombre. Bezos, al parecer, había manipulado a sus adversarios para crear un rastro de papel incriminatorio.

Bezos luego hizo explícito lo que De Becker solo había insinuado: sugirió que AMI lo estaba atacando en nombre de la administración Trump y el gobierno de Arabia Saudita. Su propiedad del Washington Post , escribió Bezos, “me complica. Es inevitable que ciertas personas poderosas que experimentan la cobertura de noticias del Washington Post concluyan erróneamente que soy su enemigo ”. También agregó que no se arrepintió de ser dueño del periódico. Fue, escribió, "algo de lo que estaré más orgulloso cuando tenga 90 años y revise mi vida, si tengo la suerte de vivir tanto tiempo".

Este noble sentimiento, por supuesto, tuvo poco que ver con su relación extramarital, o las intrigas del hermano de su novia, o los intentos desesperados de AMI por escapar de una nube de sospecha política. En otras palabras, fue un golpe maestro de relaciones públicas. Bezos se presentó a sí mismo como un defensor comprensivo de la prensa y un oponente de "la reputación ganada durante mucho tiempo de AMI por convertir en armas los privilegios periodísticos, esconderse detrás de protecciones importantes e ignorar los principios y el propósito del verdadero periodismo".

Para los lectores interesados, Bezos estaba tomando una posición valiente contra las tácticas tortuosas de los aliados de Trump mientras ofrecía vulnerablemente sus propias fotografías vergonzosas como garantía. "Bezos expone a Pecker", declaró memorablemente el New York Post , mientras la simpatía del público se inclinaba hacia él.

De Becker siguió esas afirmaciones en marzo escribiendo un artículo para el Daily Beast . Señaló los frenéticos intentos de AMI de defenderse de la acusación de participar en una conspiración política y sugirió que debe haber otra capa de verdad oculta en todo el calvario. "Nuestros investigadores y varios expertos concluyeron con gran confianza que los saudíes tenían acceso al teléfono de Bezos y obtuvieron información privada", escribió. "A día de hoy, no está claro hasta qué punto AMI conocía los detalles, si es que lo había". AMI negó la acusación, revelando que Michael Sánchez, no ningún tipo de espionaje internacional o cibernético, había sido su fuente.

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Pero nada de eso ayudó a AMI. Una narrativa mediática desfavorable cristalizó casi de inmediato en la que el régimen de Mohammed bin Salman se enteró de la relación de Bezos con Lauren y alertó al Enquirer o incluso complementó la información que recibió de su hermano. Teniendo en cuenta el fallido noviazgo de Pecker con el reino saudí para obtener financiación, esa posibilidad podría tener cierto sentido lógico si entrecerra los ojos lo suficiente. Pero no había pruebas contundentes para apoyar la hipótesis, solo una niebla de eventos superpuestos, vínculos débiles entre figuras dispares y coincidencias más extrañas.
 
Una vez más, Bezos había salido victorioso. Su navegación por la crisis había sido típica de su enfoque idiosincrásico para construir Amazon. Había pasado por alto a los medios de comunicación en gran parte escépticos para atraer directamente a la gente común, solo magullando ligeramente los hechos en el proceso. Así como había superado a innumerables rivales, intuitivamente sintió cuáles eran las vulnerabilidades de AMI y las atacó quirúrgicamente. El emprendedor que ya se había apoderado del negocio de la venta de libros, luego gran parte del comercio minorista, además de la computación en la nube, Hollywood, altavoces domésticos, etc., ahora afirmaba su dominio sobre el sector más improbable: el juego de los medios de las celebridades.

Pecker culpó a Howard por el desastre y lo destituyó de su función editorial en AMI; Howard dejó la compañía en abril de 2020 cuando expiró su contrato. En dos demandas por difamación separadas en el tribunal de distrito de Los Ángeles, Michael demandó a AMI, así como a Bezos y de Becker. Perdió casi todas las decisiones legales posteriores a medida que los hechos se filtraron. Y en el Distrito Sur de Nueva York, los fiscales federales investigaron la acusación de Bezos, presentada en el ensayo de Medium, de que fue extorsionado por AMI después de que publicó el artículo de Enquirer . Sin embargo, debieron faltar las pruebas porque los fiscales abandonaron el asunto en silencio sin siquiera presentar un caso.

Sin inmutarse, Bezos y Lauren comenzaron a aparecer juntos en público. Antes de la pandemia, asistieron a la conferencia de inversionistas de Allen & Co. en Sun Valley, Idaho, y se relacionaron con Warren Buffett , Tim Cook y Mark Zuckerberg. Unos días después, vieron la final masculina de Wimbledon desde el palco real, tres filas detrás del príncipe William y Kate Middleton. En agosto de 2019, estaban en el superyate de David Geffen. Y en octubre, Bezos apareció frente al antiguo consulado saudí en Estambul para conmemorar el primer aniversario del asesinato de Khashoggi. De Becker manejó los intrincados arreglos de seguridad. Bezos se sentó junto a Hatice Cengiz, la prometida de Khashoggi, y la abrazó durante la ceremonia .

A medida que gestos tan dramáticos reemplazaban el escándalo en la memoria colectiva, los empleados de Amazon solo podían mirar y preguntarse: ¿su CEO todavía les pertenecía a ellos oa alguna dimensión alternativa de riqueza, glamour e intriga? Bezos parecía aparecer con tanta frecuencia en la prensa como en la oficina, comprando obras de arte históricas y comprando la propiedad de 9 acres de Geffen en Beverly Hills por 165 millones de dólares , un récord de California. Bezos ahora tenía ambiciones personales y profesionales más allá de Amazon. Ese punto de inflexión se hizo evidente en febrero, cuando la empresa anunció que su fundador se convertiría en presidente ejecutivo y entregaría las riendas del director ejecutivo a Andy Jassy, un antiguo diputado que había supervisado el aumento rentable de Amazon Web Services. . Antes de la transición, Bezos registró otro triunfo sobre el sindicato que intentaba organizar a los trabajadores en un centro logístico de Amazon en Bessemer, Alabama.

Los empleados ahora tenían aún más razones para preguntarse. ¿Qué le deparaba el futuro a su fundador? Al menos parte de la respuesta a eso podría encontrarse en los astilleros del constructor holandés de yates personalizados Oceanco . Allí, en las afueras de Rotterdam, una nueva creación estaba tomando forma en secreto: una goleta de 127 metros de largo y tres mástiles de la que prácticamente no se sabía nada, incluso en los susurros de los constructores de barcos de lujo, excepto que, una vez finalizada, será una. de los mejores yates de vela que existen. Oceanco también estaba construyendo para Bezos un yate de apoyo que lo acompañaba, que había sido expresamente encargado y diseñado para incluir, lo adivinó, un helipuerto.