Cinco razones por las que al mercado no le gusta el plan de rescate financiero
Ainhoa Gimíénez, Bolságora en El Economista
Anoche muchos nos frotábamos los ojos ante el tremendo batacazo de Wall Street y no entendíamos muy bien a quíé venía tamaño castigo. Todas las crónicas hablaban de decepción con el plan de rescate financiero del secretario del Tesoro, Tim Geithner, pero no del porquíé de esa decepción. A priori, parece un plan bastante más amplio, completo, centrado y claro que el de Paulson (aunque tambiíén mucho más caro, eso es verdad). Entonces, ¿a quíé viene esta caída?
CNBC.com trató de responder a esta pregunta con un artículo en el que identifica las cinco principales razones que explican esta violenta reacción del mercado al plan bancario. Son las siguientes:
1. Realmente no hay ningún cambio
"Puede que no haya mucho más que se pueda hacer ahora salvo dejar que las cosas se arreglen solas", opina David Twibell, presidente de banca privada de Colorado Capital Bank. Para un profesional del mercado, el plan bancario parece más de lo mismo. Los inversores esperaban concreciones sobre cómo se sacarán los activos tóxicos de los balances bancarios, pero se quedaron sin saber cómo se valorarán estos activos -el quid de la cuestión- ni quiíén los comprará. Y como todo el mundo sabe, el mercado odia la incertidumbre.
"Necesitamos sabes cómo va a funcionar exactamente este programa", añade Twibell. La única novedad real que señala todo el mundo es la medida para ayudar a las pymes, pero el resto era más que sabido. Otro elemento de crítica: no se sabe si se va a eliminar o no la regla del mark to market (recuerden que las expectativas al respecto habían provocado el último rebote bursátil).
2. Muy lejos de estar definido
Con tantos detalles por concretar, hay mucho trabajo por delante, lo que crea más incertidumbre para los inversores. "Lo van a revisar un montón de veces", predice Quincy Krosby, estratega jefe de The Hartford. Lo que el mercado quería saber era cómo va a ser capaz el Gobierno de ayudar a los bancos a librarse de los activos tóxicos a la vez que protege a los contribuyentes y a los inversores. "Seguimos atascados en el viejo problema de cómo valoras eso y cómo estructuras aquello", añade Twibell.
3. La burbuja de los bonos estallará
Los bonos volvieron a subir ayer por la búsqueda de un refugio, pero los precios de la deuda pública probablemente van a bajar a medida que más y más oferta de papel salga al mercado para financiar el rescate de los bancos. El Gobierno va a tener muchas dificultades para conseguir colocar a buenos precios una deuda que todo el mundo sabe que tiene que vender a toda prisa.
"La idea de que puedes tomar prestado y gastar una y otra vez, aumentar cada vez más el díéficit e imprimir dinero sin consecuencias es ingenua en economía", opina Mike Larson, analista del newsletter Money & Markets. Es decir, un plan tan caro como íéste y la necesidad de financiarlo con deuda tendrán consecuencias desagradables, como esta subida de los tipos a largo plazo que se trasladará a los tipos de los críéditos y las hipotecas.
4. El dinero se mantendrá a la espera
Si el Gobierno es incapaz de eliminar la incertidumbre que pesa sobre la bolsa, convencer a la gente de comprar acciones será muy difícil. "Puede haber más turbulencias por delante hasta que los inversores no tengan la sensación de que se está solucionando el problema de los balances de los bancos", prevíé Andrew Wilkinson, estratega de Interactive Brokers. La consecuencia probablemente será un mercado que continuará en lateral y que seguramente volverá a probar los mínimos de noviembre. No hay razones para poner mucho dinero en este mercado mientras la situación económica y del sistema financiero no se estabilice.
5. Una esperanza: las compras atraen más compras
El único rayo de esperanza tras el batacazo post-Geithner es que puedes poner el contador a cero. A medida que aparecían noticias la semana pasada sobre la preparación del plan, los mercados rebotaron. Cuando se desveló ayer el plan real, el mercado se vino abajo. Lo de comprar con el rumor y vender con la noticia ha sido una constante en el último año, y si continúa esa tendencia, hay motivos para esperar que el batacazo haya sido cosa de un solo día.
"Son ventas de traders, pura y simplemente. Cuando el Dow vuelva a 7.900 ó 7.850, los compradores volverán, no pasa nada", opina Michael Cohn, estratega jefe de Atlantis Asset Management. Así que si las ventas de hoy engendran ventas, hay que esperar que lo mismo ocurra con las compras cuando haya un catalizador que ayude al mercado a superar lo de anoche. Y eso probablemente ocurrirá cuando Wall Street tenga una idea más clara de quíé va a hacer el Gobierno.