Por George Hay
La COP26 tiene un punto ciego.
Los primeros ministros y los peces gordos corporativos reunidos en Glasgow quieren reducir la demanda de los combustibles fósiles que constituyen la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo.
Para que eso suceda sin colapsar la economía, tiene que haber muchos más metales que sustentan una sociedad más verde.