Puede que el críédito estíé más restringido que nunca y que la tormenta financiera arrecie, pero Telefónica ha cerrado la mayor refinanciación de deuda desde la compra de O2. En cuatro semanas, la operadora ha colocado 2.000 millones en bonos y ha acordado prolongar hasta dos años el pago de 4.000 millones de un príéstamo que vencía en 2011.
Telefónica puede respirar tranquila. Las nubes en el horizonte son oscuras, pero precisamente por eso ha aprovechado el respiro que ha dado el mercado de deuda para preparar el futuro. Y lo ha hecho a largo plazo.
La operadora suma 42.856 millones de euros de deuda, amasada con la macrocompra de O2 y con otras adquisiciones menores, como la telefónica checa Cesky Telecom. Estas operaciones fueron refinanciadas en su momento, pero los años han pasado y los vencimientos empiezan a acercarse. Despuíés de dos años tranquilos -2007 y 2008-, a partir de este ejercicio los compromisos de pago de Telefónica empiezan a aumentar, con un pico en 2011, donde la operadora tiene que desembolsar 10.200 millones de euros.
La mayor parte de esa cifra procede de un príéstamo bancario de 6.000 millones concedido para la compra de Cesky Telecom. Y es el que Telefónica se ha centrado en refinanciar con más urgencia. Lo ha conseguido. La operadora ha logrado el acuerdo de 37 bancos para posponer un año el pago de 2.000 millones y dos años para otros 2.000 millones, según anunció ayer la compañía. E incluso podría haber aumentado la cantidad, porque los bancos ofrecieron prórrogas para 4.940 millones, 1,37 veces más de lo solicitado.
Un tercio de los compromisos
La prolongación del príéstamo se une a la emisión de bonos realizada el pasado 20 de enero, cuando Telefónica colocó 2.000 millones de euros en deuda a cinco años en 90 minutos. En total, el equipo financiero de la compañía presidida por Cíésar Alierta ha conseguido refinanciar en cuatro semanas 6.000 millones en un periodo de sequía y con los bancos más restrictivos que nunca, lo que equivale al 30% de sus vencimientos en tres años. Como adelantó CincoDías el pasado 15 de enero, Telefónica comenzó a hablar con los bancos a principios del mes pasado para tantear la refinanciación que acaba de cerrar, pero sin garantías de llevarla adelante. Finalmente, los bancos y el mercado han respaldado la operación.
Pero este respaldo ha costado dinero. El precio de la deuda ha subido y Telefónica ha tenido que pagarlo. El diferencial con el que colocó los bonos, por ejemplo, fue de 250 puntos básicos sobre el tipo de referencia, más elevado que en otras emisiones de la compañía. Sin embargo, gracias a la rebaja del precio del dinero, el tipo efectivo de la colocación ronda el 5,5% en estos momentos y este porcentaje está por debajo del coste medio de la deuda de la operadora.
Para conseguir la extensión del príéstamo, Telefónica tambiíén ha tenido que hacer concesiones. La operadora ha rehusado dar información sobre las negociaciones con la banca, pero fuentes de dos de las entidades implicadas citadas por Bloomberg aseguran que la compañía ha ofrecido un nuevo interíés de 150 puntos básicos sobre el interbancario en la parte del príéstamo que se extienda, frente a los 20 puntos básicos que paga ahora.
Con estas dos operaciones, Telefónica tiene efectivo para afrontar los pagos más próximos y ha recortado un 40% el fuerte desembolso de 2011. Esta situación le da flexibilidad para no dedicar en exclusiva al pago de deuda el flujo de caja que genera, sino que puede repartirlo entre la remuneración a los accionistas -la operadora ha elevado un 15% el dividendo de 2009- y afrontar alguna compra menor.
Innovación hasta en los críéditos
Quizá es porque en un sector como el de telecos la innovación es una exigencia o porque el equipo financiero de Telefónica no deja opción sin explorar si el beneficio es para la empresa, pero lo cierto es que la operadora ha sido pionera en las condiciones con las que ha extendido el príéstamo sindicado.
Es la primera vez en España que una compañía estructura la prórroga de un críédito como lo ha hecho Telefónica y el importe conseguido es el mayor entre las operaciones hechas hasta ahora en Europa.
La principal diferencia está en la figura que se ha usado para la prórroga. El nombre es forward start facility y permite mantener intacto el contrato firmado en el príéstamo sindicado original, en este caso en 2005. Hasta ahora, las compañías debían hablar con los bancos y conseguir el acuerdo unánime del sindicato para modificar los tíérminos. Con esta modalidad, el contrato base se mantiene, pero Telefónica ofrece nuevas condiciones a la banca y cada firma decide si acepta o no y con quíé cuantía.
Otra novedad es que Telefónica no ha cerrado la extensión del príéstamo, sino que tiene una opción de prórroga que ejecutará, o no, cuando llegue el momento.