Por... Wim Dierckxsens, Walter Formento
El fracaso de la política globalista de llamada “agenda climática” o “verde” es un hecho de características significativas, que implica el no avance por el mapa de poder trazado por el Globalismo en 1999-2021 y el no regreso al mapa de poder delineado ya por el Continentalismo estadunidense y su fase posterior Tricontinentalista en 1966-2001.
La puja de poder entre la OTAN y la OCS, que asumen la forma de enfrentamiento entre OTAN vs Rusia en la frontera de Ucrania-Bielorrusia y en la frontera interna Kiev-Donbás en Ucrania marca los límites de la OTAN pos Afganistán 2021 para resolver a su favor los conflictos que plantea y que se le plantean. Para la administración globalista, desde la administración Obama a la de Biden, a través de la OTAN, la crisis en Ucrania es el instrumento para evitar por todos los medios que la UE –Europa- consolide su articulación en el proyecto del Mundo Multipolar. Y, por lo tanto, la recuperación de la unidad estratégica de Europa. Para ello, en primer lugar, el Globalismo a través de la OTAN con base de apoyo en Polonia y Ucrania, busca sabotear con “todos los medios” la puesta en marcha concreta del Gasoducto Nordstream-2, que conectaría de modo directo Rusia-y-Alemania.
La Iniciativa Globalista llamada Crisis Climática o Alternativa Verde han entrado en un momento de crisis terminal, porque los actores-e-intereses que las promovían han perdido la iniciativa, se han dispersado sus “fuerzas” e incluso están en desarrollo conflictos internos que adquieren cada vez mayor relevancia. Esto, por otro lado, se manifiesta como un regreso de las naciones del sur global a una agenda industrial y energética con iniciativa propia en el marco del multipolarismo ascendente.
Por ello, las “paradas” de suministro de energías fósiles en Europa, que ya está expuesta a las primeras olas de frio, se transforman en fuerzas que movilizan, bloquean y generan nuevas situaciones y escenarios, donde emergen y se consolidan estos actores ascendentes e incluso incluyendo nuevos.
Por ello, las amenazas de operaciones bélicas desde la OTAN no van más allá de su repliegue desordenado en Afganistán y ponen de manifiesto su pérdida de capacidades de proyectar poder económico técnico-militar, económico de inclusión social y estratégico cultural. Solo quedando aun la 4ta Ola de Covid-19, nuevamente tomando a la UE (Alemania-GB-Francia-Italia-etc.) como centro.