Apenas un año despuíés de que el Congreso puso en vigor una ley para fomentar una enorme industria nacional con el fin de convertir plantas y desechos agrícolas en combustible automotriz, los objetivos que los legisladores fijaron para la industria del etanol se encuentran en grave riesgo.
En fecha tan reciente como el verano pasado, plantas que elaboran etanol a partir de maíz proliferaban en la zona del Medio Oeste. Pero ahora, ante la reducción en el uso de vehículos de motor por la crisis económica, la industria experimenta una sobrecarga de capacidad, y virtualmente cada semana se están cerrando plantas.
Mientras tanto, los planes para una nueva generación de fábricas que se suponía producirían etanol a partir de sustancias como astillas de madera y desechos de cosechas, que superarían los inconvenientes del etanol de maíz, se están rezagando.
El cambio de fortuna ha sido extremo para los dos tipos de etanol desde el verano pasado, cuando el precio de 145 dólares por un barril de petróleo parecía obrar a su favor.
Hace apenas algunos meses, las refinerías en algunas regiones estaban comprando todo el etanol que podían para mezclar con gasolina cara, manteniendo levemente bajos los precios en las gasolineras.
Al mismo tiempo, los inversionistas parecían dispuestos a financiar plantas para producir la siguiente generación de biocombustibles.
Pero desde entonces los precios del petróleo y la gasolina se han desplomado, y el precio del maíz, del cual virtualmente se produce todo el etanol comercial en este país, se ha mantenido relativamente alto.
Las refinerías están limitando sus compras de etanol al nivel requerido para cumplir con los mandatos federales de mezcla, un nivel muy por debajo de la capacidad de la industria.
“La industria del etanol está en una mala situación a pesar de los miles de millones de dólares que ha recibido como asistencia de los contribuyentes y un mercado garantizadoâ€, señaló Amy Myers, analista de energía en la Universidad Rice.
La Administración de Información de Energía del gobierno recientemente proyectó que la industria no alcanzaría los objetivos para el uso ampliado de etanol y otros biocombustibles que fijó el Congreso en la ley de energía de 2007.
“Es posible que tengamos que revisar otra vez los objetivosâ€, indicó Jeff Bingman, senador por Nuevo Míéxico y presidente del Comitíé de Energía y Recursos Naturales del Senado.
La VeraSunEnergy, una de las productoras de etanol más grandes del país, suspendió la producción en 12 de sus 16 plantas y proyecta vender los equipos que emplea para obtener el biocombustible.
En días recientes, la Renew Energy, la Cascade Grain Products y la Northeast Biofuels se acogieron a la protección de la bancarrota.