El Tercer Pleno de China, que ha sido seguido de cerca, ha llegado a su fin. En él, los principales responsables de las políticas se reúnen para analizar los problemas a largo plazo que enfrenta el país.
Los líderes se comprometieron a apoyar la innovación integral, profundizar la reforma científica y tecnológica, mejorar el sistema financiero y avanzar en la modernización china.
Sin embargo, no llegaron a revelar ningún cambio importante en las políticas, lo que frustró las esperanzas de apoyo o estímulo que se consideraban necesarios para una recuperación económica.