La banca, protagonista en una semana de castigo bursátil y píésimos resultados
RAMí“N GARCíA
Invertia.com
El abaratamiento del despido y el cruce de opiniones entre Zapatero y el gobernador del Banco de España fueron protagonistas en una semana de malos resultados empresariales y agoreras proyecciones para 2009. La Reserva Federal dio la voz de alarma y aseguró que prevíé una mayor contracción de la economía de EE UU este año.
Bruselas expedientó, por vez primera, a España por su díéficit excesivo. Si bien el presidente de Gobierno ha sido invitado formalmente a la reunión que tendrá lugar en Berlín para preparar la próxima reunión del G-20, en la que tambiíén tendrá asiento.
Alemania aprobó el plan para nacionalizar la banca, mientras que Obama anunció un nuevo plan para ayudar a las familias que tienen problemas para pagar su hipoteca. El presidente americano aseguró que es “el principio del fin†de la crisis, aunque alertó de que “habrá altibajosâ€.
El escándalo saltó de la mano de Santander y uno de sus fondos inmobiliarios. El banco decidió congelar los reintegros hasta dentro de dos años ante el parón del ladrillo y la imposibilidad de hacer frente al reembolso de depósitos. Esta situación dio pie a la CNMV para solicitar más poder y solicito un estatus similar a la CNC.
En medio de estas noticias el aluvión de resultados siguió su cauce habitual con un nuevo ríécord para Iberdrola que ganó un 21,5% más. Las malas cuentas vinieron de la mano del sector financiero que vio como ING perdió 729 millones de euros y BNP Paribas ganó un 61% menos. Además, el holandíés fue noticia porque volvió a estar implicada en la nueva estafa del momento, la protagonizada por el tejano Robert A. Standford.
No sólo los bancos fueron protagonistas del sector, sino que las cajas de ahorros dieron la campanada con el anuncio de fusión entre Unicaja y Caja de Castilla-La Mancha. A esta última Fitch ha rebajado su rating hasta la consideración de bono basura.
El sector del automóvil siguió en el punto de mira. General Motors y Chrysler pidieron a Obama 21.600 millones y anunciaron que despedirán a 50.000 trabajadores, de entre los cuales GM no descartó algún cierre en las plantas españolas.