La crisis que rompe los paradigmas del mercado
Pablo Martín Simón, Beatriz P. Galdón en Cinco Días
Cuando hace casi dos años, en el verano de 2007, estalló con toda su virulencia la crisis crediticia, nadie podía prever que el contagio de la economía real pudiera ser tan intenso y devastador, ni que los mercados llegaran a comportarse de una manera tan radicalmente diferente de lo hasta entonces habitual. Ni la renta fija, la primera en sufrir los efectos del huracán, ni la variable, ni las divisas, ni las materias primas, ni los derivados de críédito. Ningún activo se ha librado, al menos por completo, del duro golpe de la crisis.
El virtual colapso de los mercados ha provocado aberraciones, verdaderos disparates según los cánones del mercado. Algunos de estos activos pueden ser oportunidades históricas de inversión, otros aún entrañan un gran riesgo y tambiíén hay muestras de cómo han cambiado determinadas cosas, probablemente para siempre. Aunque la crisis arrancó en verano de 2007, el 15 de septiembre de 2008 quebró Lehman Brothers y dio pie a una nueva era en la economía. Un periodo de graves desequilibrios en todos los mercados, derivados del miedo extremo a que se produjeran más casos similares.
'Algunos bonos convertibles ofrecían oportunidades clarísimas de inversión que no podíamos dejar pasar. Las valoraciones estaban baratísimas a mediados de octubre, hoy ya no tanto, pero siguen siendo muy interesantes', explica Nathalia Barazal, gestora del fondo LODHI Convertible Bond Lombard Odier. Lo importante es analizar correctamente las empresas y ser muy selectivo, añade la experta.
Gangas en entredicho
Los expertos advierten que aquello que hoy puede parecer una autíéntica ganga, mañana puede revelarse como una inversión errónea. Lo más complicado es buscar el punto de inflexión. Algunos termómetros de la crisis, como el índice Itraxx -que mide la prima de riesgo de los bonos europeos de alto rendimiento frente a la deuda pública- pasaron de 200 a 400 en sólo unos días, pero ahora ronda los 1.000. La caída del Ibex del año pasado (-39,43%) pareció exagerada a una parte de los analistas, pero sólo en lo que va de 2009 retrocede un 17,31% adicional.
Ya ni siquiera es atractivo lo que históricamente se consideraba como tal. Un PER bajo, veces que el precio de la acción contiene el beneficio, o una rentabilidad por dividendo elevada no llevan implícito una buena oportunidad de inversión. 'Para el corto plazo este tipo de cosas ya no sirven. Hay que buscar compañías en las que se conozca el negocio y su equipo directivo. Despuíés se tendrán que hacer números y decidir si nos gusta', explica Luis Benguerel, de Interbrokers.
Sin esta crisis, seguramente hubiera sido más difícil ver en el mercado rentabilidades por dividendo por encima del 500%, algunos PER en 1, CDS por encima de los 7.000 puntos básicos o un petróleo cercano a los 150 dólares el barril. Los desajustes son brutales tambiíén en las economías: Brasil tiene los tipos de interíés al 12% frente al 0% al se aproximan las economías más desarrolladas.