Foro de Metafísica y Esoterismo > Mentes Abiertas

LOS ESENIOS

<< < (2/5) > >>

Scientia:
Algunos autores, incluso sostienen que Jesús de Nazareth, como esenio, fue el fundador de la comunidad del Qumrán. Se sabe que el Maestro de Justicia, si bien fue de suma importancia para el desarrollo de la misma, no fue su fundador. Nunca se atribuyó a si mismo la identidad del Mesí­as, y lo que realmente hizo fue crear un sistema de ritos, reglas y conductas dirigidas al cumplimiento estricto de la Torah. Jesús, en cambio, habrí­a aprendido de los Esenios el dominio de los sentidos y el desapego a lo externo, desarrollando su elevado nivel de Conciencia suprahumana en la materia. De este modo, habrí­a vencido todas las limitaciones del plano temporal y recibido la Cuarta Iniciación, la más grande jamás dada ni recibida en la Tierra. Muchos historiadores sostienen que cuando el Mesí­as inició su misión, los Iniciados Esenios se dan cuenta que su tarea ha dado el fruto deseado, y Jesús queda liberado de todo lo que lo uní­a a ellos. Los Esenios se marginan y í‰l continúa solo como el Mesí­as que es, descubriendo en Sí­ mismo lo que el Padre le encomendó y llegando a ser Jesucristo o la energí­a del Padre. Se dice que, cumplida su misión de preparar el terreno para la venida de Jesús, los Esenios, a los 50 años de haber Este desencarnado, se dispersaron.

Scientia:
Mentalidad esenia

En la antigí¼edad, todos conocí­an a "Los Hermanos y Hermanas Vestidos de Blanco". Los hebreos los llamaban "La Escuela de los Profetas", y para los egipcios, ellos eran "los Sanadores, los Míédicos". Tení­an propiedades en casi todas las grandes ciudades, y en Jerusalíén habí­a incluso una puerta que llevaba su nombre: Puerta de los Esenios.

Viví­an repartidos en numerosas ciudades, y cada vez que un miembro de la secta llegaba de otro lugar se le ofrecen los bienes comunitarios para que hiciera uso de ellos y se le daba alojamiento. Por ello, los Esenios viajaban sin llevar encima absolutamente nada, sólo armas para defenderse de los bandidos. En cada .ciudad se nombra por elección a una persona para que se ocupe de la ropa y de los alimentos de los huíéspedes de la secta.

Las personas sentí­an en general respeto y estimación por los Esenios, por su honestidad, su pacifismo, su bondad, su discreción, y su talento como sanadores mediante la entonación de sonidos, dedicados tanto a los pobres como a los ricos. Las gentes sabí­an que muchos grandes profetas hebreos provení­an del linaje de la Escuela esenia.

Scientia:
La forma de vida esenia era sencilla, austera, casi monacal, y la mentalidad y costumbres tambiíén eran de estricta santidad. Los Esenios rechazaban los placeres como si fueran males, y consideraban como virtud el dominio de sí­ mismo y la no sumisión a las pasiones. Entre sus costumbres se destaca la necesidad de purificarse constantemente, fí­sica y espiritualmente, lavándose los pies, las manos y el cuerpo. Lo hací­an antes de entrar a la casa de alguien, al comenzar el dí­a, y antes de cenar, o de orar. Tambiíén lavaban a otros los pies en señal de amistad, y cultivaban la idea de que tení­an que cuidarse los unos a los otros, como mismo el Padre de todos cuidaba de ellos. Tambiíén se bendecí­an unos a otros imponiendo las manos sobre la cabeza, para poder siempre estar unidos en la luz y reforzar el amor que fluí­a entre ellos.

Desde la infancia aprendí­an a hablar en tono suave y a controlar sus palabras. Ser esenio significaba ser un ejemplo de moralidad; moderaban muy bien su ira y sus impulsos, guardaban fidelidad y en forma natural aprendí­an a controlar toda pasión y deseo. Jamás apetecí­an las cosas temporales, y sin egoí­smo, serví­an a los demás desarrollando sus valores espirituales. Mediante tíécnicas y disciplinas lograban transformar el conocimiento recibido en sabidurí­a, que desde lo interno brota con su luz hacia afuera.

Se abstení­an de jurar ya que creí­an que serí­a condenada toda persona que no pudiera ser creí­da sin invocar a Dios con un juramento. Estudiaban con gran interíés los escritos de los autores antiguos, sobre todo aquellos que convienen al alma y al cuerpo, y estudiaban, entre otras disciplinas, los secretos de las plantas y minerales con sus aplicaciones para beneficio humano, descubriendo sus maravillosos poderes curativos contra las enfermedades.

Scientia:
Los Esenios viví­an solos y se serví­an entre sí­. Elegí­an hombres buenos como administradores de sus ingresos y de los productos de la tierra, y sacerdotes para la elaboración del pan y de (otros) alimentos. Reticentes al matrimonio, se casaban sólo con fines de procreación y no por placer, y sí­ la adopción de hijos de otros. Es tal la importancia de la procreación, que antes del matrimonio las mujeres eran sometidas a una prueba de purificación durante tres años para asegurarse que fueran fíértiles. Mientras están embarazadas, se abstení­an del sexo, y siempre se bañaban vestidas y los hombres con sus partes cubiertas.

Despreciaban la riqueza y compartí­an absolutamente todo los bienes. Entre ellos nadie era más rico que otro, pues una ley los obligaba a entregar sus posesiones a la orden, de modo que el patrimonio de cada uno formaba parte de una comunidad de bienes, como si todos fueran hermanos. No se cambian de ropa ni de calzado hasta que no estaban totalmente rotos o desgastados por haberlos usado mucho tiempo.

Scientia:
Los Esenios hací­an una vida comunitaria que estaba perfectamente organizada como jerarquí­a. Por encima estaba el Maestro de la Corrección, seguido por los sacerdotes y Levitas, y más abajo por la comunidad en general. A pesar de esta estructura la comunidad fue una democracia completa; en las materias teologales la autoridad de los sacerdotes parece haber sido absoluta, pero el consejo gobernante constaba de doce laicos y de tres sacerdotes, enmarcados en el gobierno de Israel en las tierras Salvajes, y las decisiones de este consejo estaban sujetas a la reunión (o asamblea) de toda la comunidad en la que cada hombre tení­a un voto. La teologí­a de la comunidad era una clase de interpretación apocalí­ptica, milenarista y rigurosamente escatológica de la vida y la historia.

Algunos Esenios llevaban una vida simple, austera y piadosa al ritmo de las estaciones en villas rodeadas por una pared baja, completamente separados de las ciudades, en medio de la naturaleza.

Otros viví­an en las ciudades, en grandes edificios que pertenecí­an a la Comunidad y que les serví­an al mismo tiempo como vivienda, albergue y hospital. dedicados principalmente a sanar enfermos y a dar hospitalidad a los extranjeros, recorrí­an los caminos, circulando las noticias y llevando las informaciones a todos los centros en cada paí­s. Se dice que fue así­ como el Maestro Jesús pudo llevar su mensaje a todo el mundo, gracias a la detallada y perfecta organización esenia.

Tambiíén estaban los que residí­an en la escuela-monasterio, situada en lugares escogidos según el conocimiento de la tierra de la luz, y de las puertas que existen entre íésta y la tierra Los Esenios que viví­an en estos templos eran casi siempre cíélibes.

Navegación

[0] Índice de Mensajes

[#] Página Siguiente

[*] Página Anterior

Ir a la versión completa