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Autor Tema: Las Bolsas están en busca del soporte perdido  (Leído 553 veces)

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Las Bolsas están en busca del soporte perdido
« en: Febrero 22, 2009, 11:24:37 am »
Las Bolsas están en busca del soporte perdido

Publicado en Expansión por Josíé Antonio Fernández Hódar

Todas las bolsas del mundo están inmersas en una burbuja. Y las burbujas, sean al alza o a la baja, terminan por estallar en las manos de los inversores. Las primeras tienden a infinito; las segundas, a cero, pero jamás llegan a uno u otro extremo.

Los soportes, como otros tantos elementos del análisis tíécnico, funcionan cuando un número importante de inversores apuesta por ellos. Si una mayorí­a de los actores del mercado presupone que cuando la cotización se apoye en ellos rebotará al alza, y cuando se apoya compran, sin lugar a dudas, rebota.

El análisis tíécnico incorpora elementos, como son el sentimiento de mercado y determinadas alertas de fortaleza y debilidad, que ningún otro míétodo de análisis aporta, pero tiene una componente muy alta de autoconfirmación y otra, nada despreciable, de subjetividad.

Los inversores se han puesto el pesimismo por montera, y es normal que así­ sea cuando el panorama económico es desolador y las cotizaciones han perdido todo lo ganando en los cuatro años anteriores. Las plusvalí­as acumuladas se han volatilizado y casi todos los que tienen acciones en cartera asumen píérdidas, que son escalofriantes si se compró cerca de los máximos precedentes.

La presión por el lado de la oferta se hace asfixiante, y la demanda se limita a recoger con timidez el papel puesto a la venta
Hoy por hoy, sobre el papel, los ganadores son los bajistas. Volveremos sobre este tema, porque en un mercado bajista, los bajistas, pueden perder hasta la camisa. Hoy sacan pecho y a su banderí­n de enganche se alistan cada dí­a una legión de nuevos actores, a los que se suman inversores asustados que venden asumiendo fuertes píérdidas, con lo que la presión sobre el mercado se hace asfixiante.

El dinero, lejos de pujar, se limita a recoger a la baja, con timidez, una oferta no satisfecha. En estas condiciones no hay soporte que aguante la presión vendedora.

En las empresas el nerviosismo comienza a hacer mella. Las cotizaciones han entrado en una dinámica bajista que no saben cómo detener. Hacer autocartera es ganas de gastar dinero. De poco sirve comprar un 5% del capital, máximo permitido, cuando se ha vendido a críédito un 10%, 12% ó 14% del mismo.

Las bolsas están viviendo una burbuja. Y las burbujas terminan por estallar, sean íéstas alcistas o bajistas. En las primeras, los inversores se lí­an la manta a la cabeza y pagan cualquier precio, por desproporcionado que íéste sea.

En las segundas, al margen de lo que ya haya caí­do una acción, siempre se piensa que puede bajar más. En un caso, nadie se detendrá a calcular los multiplicadores sobre beneficios que paga; en el otro, si la cotización está por debajo del valor en libros de empresas que, en muchos casos, obtienen y van a seguir obteniendo beneficios.

Desde muchas instancias se está pidiendo que no se permita la venta a críédito. Es un error, y en expansión.com tenemos abierto un blog con esta problemática. Si no se le pone puertas al campo hacia arriba, tampoco hay que ponerlas hacia abajo. Hay que dejarles.

Hacia arriba, los precios tienden a infinito; hacia abajo, a cero. Y cuando todos los que quieran vender ya hayan vendido, el mercado quedará aparcado en una zona de espera, para luego subir. Aquí­ la paciencia tiene premio. Y cuanto antes lo lleven a donde tiene que ir, antes se habrá acabado la sangrí­a.