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Autor Tema: La historia repite el mismo error: ¿vuelven el proteccionismo y las barreras?  (Leído 590 veces)

Zorro

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La historia repite el mismo error: ¿vuelven el proteccionismo y las barreras comerciales?

Por Beatriz Toribio en El Economista

¿Quíé está pasando? ¿Por quíé EEUU se inventa una cláusula -Buy American- en la que insta a las empresas que quieran recibir dinero público a comprar sólo acero y hierro americano? ¿Por quíé el ministro de Industria español, Miguel Sebastián, hace un llamamiento a viajar dentro del paí­s y comprar cuantos más productos made in Spain mejor como medida anticrisis?

¿Y por quíé Nicolas Sarkozy, el presidente galo, desata las iras en el seno de la UE por su ambicioso plan de ayudas a las empresas automovilí­sticas que se comprometan a no cerrar fábricas en Francia?

"El proteccionismo siempre está ahí­, pero en tiempos de crisis es una tentación a la que es muy difí­cil que los Gobiernos se resistan", explica Josíé Carlos Martí­nez Lázaro, economista de IE Business School. En un mundo completamente globalizado, esta crisis nos está devolviendo a una práctica que se ha repetido durante toda la Historia: el proteccionismo. Un tíérmino que utilizan los economistas para referirse a aquellas polí­ticas económicas que protegen la producción nacional frente a la competencia extranjera.

Pero si en el pasado las barreras al comercio mundial consistí­an en la imposición de aranceles o impuestos a la importación de productos extranjeros, ahora, como explica Luis de Sebastián, profesor del Esade, "el proteccionismo toma otras formas. Son movimientos que exaltan el patriotismo sin poner aranceles". Así­, en el último mes estamos asistiendo a una oleada de acontecimientos y medidas proteccionistas (ver gráfico) que han hecho saltar las alarmas de organizaciones internacionales y analistas.

El Congreso de EEUU fue quien lanzó la primera piedra con la inclusión del 'Buy American' en un apartado del plan de estí­mulo de Barack Obama que levantó ampollas en medio mundo. Las crí­ticas fueron tales, que el Gobierno se vio obligado a suavizar su propuesta inicial.

Llamamiento al orden
Al mismo tiempo, en Europa, Rusia, China e India, es decir, en medio mundo, se promulgaban una serie de medidas en favor de lo nacional que han puesto en alerta a las instituciones y organismos internacionales. El último ha sido el G-7, que en su reunión del pasado fin de semana en Roma, se ha unido a las tesis de la OMC y la OCDE, que en estas semanas han insistido en que la vuelta al proteccionismo hará aún más profunda la herida que sufre la economí­a mundial.

Un mensaje que ya lanzó el G-20, cuando en la famosa reunión de noviembre en Washington, instaba en su declaración final a resucitar la Ronda de Doha, es decir la liberalización del comercio internacional, como una medida más para salir de una recesión mundial que avanza a pasos agigantados. Tres meses despuíés, ese mensaje ha quedado en agua de borrajas.

Y las consecuencias pueden ser graves. "No hay que olvidar que una de las razones del crecimiento espectacular que ha conocido el comercio mundial, y con íél la economí­a, ha sido la derrota del proteccionismo que se impuso en el siglo XIX. Y el proteccionismo es un juego de suma cero: porque si yo me protejo, mi vecino tambiíén lo hará", explica Martí­nez Lázaro.

Si se echa un vistazo a la Historia, en casi todas las crisis económicas se resucitó el proteccionismo. Como recuerda Luis de Sebastián, tras la crisis del petróleo en los 70, "se produjo un frenazo al proceso de liberalización comercial que comenzó en los años 60. Por ejemplo, en Europa se impusieron cuotas a los automóviles y a los textiles que procedí­an de Asia". En la crisis de los 90, tambiíén renació un movimiento a favor de proteger los productos nacionales, pero la sangre no llegó al rí­o.

El error de los años 30
Sin embargo, el mejor ejemplo de las consecuencias de esta tendencia a proteger lo nacional en medio de una crisis lo tenemos en los años 30. Tras la Gran Depresión, con el objetivo de relanzar su devastada economí­a, EEUU promulgó la ley 'Smoot-Hawley', una normativa que elevaba del 25,9 al 50% el tipo medio de arancel de unos 20.000 productos extranjeros. El remedio fue peor que la enfermedad: un gran número de paí­ses respondieron a EEUU con impuestos sobre los productos americanos, por lo que las exportaciones del gigante pasaron de los 5.200 millones de dólares en 1929 a 1.700 millones en 1933.

Pero lo peor es que el comercio mundial quedó prácticamente congelado. Según Sebastián, "en 1935 el volumen de intercambios comerciales en el mundo se habí­a reducido a la mitad con respecto a 1930".

Hoy, aún es difí­cil cuantificar los efectos que esta oleada de proteccionismo tendrá en la economí­a. Pero ya el pasado mes de diciembre el Banco Mundial calculaba que el comercio va a caer por primera vez en 27 años: retrocederá un 2,1% frente al crecimiento del 8,5 y 6% registrados en 2006 y 2007, respectivamente. Lo peor es que esa previsión podrí­a quedarse corta si los Gobiernos siguen blindando sus economí­as.

Sin embargo, los expertos son optimistas. Carlos Martí­nez Lázaro, de la IE Business School, cree que todos estos episodios de proteccionismo "quedarán en una declaración de intenciones" porque las economí­as están internacionalizadas. Una opinión que comparte Luis de Sebastián, de Esade, para quien "un proteccionismo como el de los años 30 es impensable porque las empresas hoy en dí­a están en todos los paí­ses y un mismo producto se fabrica en varios lugares". Es decir, hoy, atacar a los productos de fuera es atacar el propio sistema productivo.