Efe
Washington.- El presidente de EEUU, Barack Obama, tratará este lunes en la Casa Blanca la "cumbre fiscal" en la que estudiará con 130 expertos cómo reducir de 1,3 billones de dólares a sólo medio billón el díéficit publico del país esta legislatura.
La cita servirá para consensuar ideas sobre cómo sacar a la economía de la crisis sin agravar el díéficit que su Administración heredó del Gobierno de Bush. Medidas que tendrá que explicar al Congreso esta semana.
El problema tambiíén es político: la mayoría de los republicanos, que rechazaron el plan de estímulo, ahora tambiíén se oponen a varios componentes de la propuesta presupuestaria.
Según medios nacionales, que citan fuentes del Gobierno, un resumen del plan presupuestario para el año fiscal 2010 que entregará Obama al Congreso incluye recortes en la financiación de las guerras en Irak y Afganistán y la eliminación de algunos programas federales.
Tambiíén prevíé eliminar los recortes tributarios de la era de Bush y que benefician a quienes ganan más de 250.000 dólares anuales. Es decir, aumentará los impuestos a los ricos.
Obama ya advirtió durante la campaña electoral que EEUU tendría que hacer sacrificios para recuperar su salud fiscal. Sin embargo, los republicanos rechazan sus propuestas.
El líder de la minoría republicana del Senado, Mitch McConnell, dijo a la CNN que la eliminación de los recortes de impuestos de la íépoca de Bush perjudicarán a la pequeña empresa. "No creo que un incremento en los impuestos sea una buena idea en medio de una profunda recesión", manifestó.
McConnell, al igual que la mayoría de los republicanos, votó en contra del plan de estímulo de 787.000 millones de dólares por considerarlo una receta tóxica para el díéficit. Según los republicanos, el costo total del plan de estímulo, con intereses, alcanzará 1,1 billones de dólares.
El plan contiene ayudas para los gobiernos estatales -la mayoría ahogados por díéficit presupuestarios-, y recortes tributarios para el 95% de los estadounidenses a partir del próximo 1 de abril.
En 2008, hubo 2,2 millones de ejecuciones hipotecarias y, según el secretario de Vivienda, Shaun Donovan, este año habrá cerca de tres millones, que serían sin un plan de acción unas seis millones en los próximos tres años.
Obama ganó la presidencia en parte por su promesa de mejorar la economía, que se hunde bajo el peso de una tasa de desempleo del 7,6%, una crisis inmobiliaria y la congelación del críédito, entre otros males.
El íéxito de su plan de estímulo dependerá de la creación o preservación de 3,5 millones de empleos en los próximos dos años.
