Kyle Depontes
La crisis energética global obliga a los gobiernos a repensar la energía nuclear
La invasión rusa de Ucrania en febrero ha tenido serias ramificaciones para los mercados financieros globales, afectando las cadenas de suministro, los precios de los alimentos y el mercado de valores.
Sin embargo, ha sido el sector de la energía el que peor le ha ido desde la "operación especial" de Moscú en Donbass. En febrero de 2022, Rusia era el mayor exportador de gas natural del mundo y sus exportaciones representaban hasta el 40 % de todo el gas natural utilizado por la UE.
Alemania ha sido durante mucho tiempo un cliente energético clave del régimen de Vladimir Putin, con un estimado de 21 millones de hogares, la mitad del total del país, calentados con gas natural ruso.
Casi todo este gas natural fluye hacia Alemania a través del gasoducto NordStream , una colaboración con Rusia que desde 2011 sirvió como una inversión brillante que permitió a sus ciudadanos disfrutar de una energía asequible.
A pesar de un comienzo prometedor, la relación entre las dos potencias europeas se agrió después de que Alemania y otras naciones europeas se unieran a Estados Unidos para sancionar a Rusia a principios de año.
El gobierno de Putin tomó represalias recortando las exportaciones de gas a través del gasoducto en un 60% en julio.
El viernes, Rusia citó un vago problema técnico para cerrar el oleoducto NordStream solo unas horas después de que el G7 acordara imponer un precio máximo al petróleo ruso, y no está claro cuándo se reanudará el servicio.
La medida ha causado más alarma entre los políticos europeos y los expertos en energía, algunos de los cuales han pronosticado racionamientos y recortes de gas para satisfacer la demanda de energía este invierno.
