Por Robert Prechter
Estoy cansado de escuchar que la Reserva Federal puede expandir el críédito todo lo que quiera. A veces una analogía aclara un tema, así que vamos a intentar una.
Puede sonar loco, pero supongamos que el gobierno decidiera que la salud de la nación dependa de la producción de automóviles Jaguar, y de proporcionarlos a todas las personas como sea posible. Para facilitar este objetivo, comienza a construir plantas de Jaguar en todo el país, subsidiando la producción con el dinero de los impuestos. Para deleite de todo el mundo, ofrece estos coches de lujo un 50% por debajo de los precios anteriores. Las personas acuden a las salas de exposiciones y compran.
Más tarde las ventas decrecen, por lo que el gobierno reduce el precio la mitad otra vez. La gente vuelve a comprar.
Las ventas posteriormente caen de nuevo, así que el gobierno reduce su precio hasta 900$ cada uno. Los ciudadanos vuelven a las tiendas para comprar dos o tres. ¿Por quíé no?. Mira que baratos están. Los compradores se los regalan a sus hijos, y compran algunos para ponerlos en el jardín.
Al final, el país está inundado de Jaguars. Por desgracia, las ventas caen de nuevo, y el gobierno entra en pánico. Se deben producir más Jaguar, ya que si no, según su teoría la economía retrocederá. La gente está trabajando tres días a la semana únicamente para pagar impuestos, para que el gobierno pueda mantener su producción de coches. Como todo el mundo tiene ya uno, el gobierno los regala, pero la gente ya no los quiere ni regalados. No pueden encontrar un uso para ellos. La producción de Jaguars cesa. La economía entra en recesión, y los ingresos impositivos colapsan. La economía quiebra. La gente no puede permitirse comprar gasolina, por lo que muchos Jaguars pierden su valor. El número de Jaguars vuelve al nivel de antes de comenzara este programa económico.
Lo mismo puede suceder con el críédito
Puede sonar loco, pero supongan que el gobierno decidiera que la salud de la nación depende de la producción y suministro de críédito a tantas personas como sea posible. Para facilitar ese objetivo, comienzan a operar plantas de producción de críédito en todo el país, llamados ‘Bancos de la Reserva Federal’. Para deleite de todos, estos bancos ofrecen el críédito por debajo de los tipos de mercado. Las personas acuden a los bancos y compran críédito. Pero posteriormente las ventas aminoran, así que los bancos reducen el precio de los críéditos de nuevo. Más personas compran. Las ventas caen de nuevo, por lo que se coloca el precio de esos críéditos al 1%. La gente vuelve a pedir príéstamos ¿Por quíé no?, ¡no ven lo barato que están!. Se pide dinero para comprar casas, embarcaciones, y un Jaguar para aparcar en el cíésped. Al final, el país está inundado de críédito.
Por desgracia las ventas caen de nuevo y los bancos entran en pánico. Tienen que vender más críédito, o según su teoría la economía colapsará. Las personas están trabajando tres días a la semana para pagar los intereses sobre su deuda con los bancos. Si se deja de mover el críédito, la economía se detendrá. Los bancos deciden dar críéditos inmediatos a tipo cero, pero nadie quiere más críédito. No importa si es gratis. No se puede encontrar un uso para ellos. La producción de críédito baja. Los pagos de intereses colapsan, los bancos caen, y el desempleo se dispara. La economía está destrozada. La gente no puede permitirse el lujo de pagar intereses sobre sus deudas, por lo que muchas de ellas llegan a valer cero. El críédito vuelve a niveles antes de que comenzara el programa.
¿Ven cómo funciona?
Es la comparación perfecta. La idea de impulsar el críédito en las personas es mucho más peligrosa que la de que compren Jaguars. En ese escenario de críédito, la mayoría de deudores y acreedores pierden todo al final.
La idea de que facilitando el críédito se puede salir de la actual crisis, simplemente es FALSA.