Por... Nadine Yousif
Las ciudades más grandes de Canadá, Toronto y Vancouver, se encuentran entre los mercados inmobiliarios más inasequibles del mundo.
Ha entrado en vigor una prohibición de dos años para que algunos extranjeros compren casas en Canadá.
La prohibición tiene como objetivo ayudar a aliviar uno de los mercados inmobiliarios más inasequibles del mundo.
A partir de este verano, el precio promedio de una vivienda en Canadá es de C$777,200 ($568,000; £473,700), más de 11 veces el ingreso familiar promedio después de impuestos.
Algunos han criticado la prohibición, diciendo que no está claro qué impacto tendrá en el mercado inmobiliario de Canadá.
Los residentes no canadienses representan menos del 6 % de los propietarios de viviendas en Ontario y Columbia Británica, donde las estadísticas nacionales indican que los precios de las viviendas son los más altos.
A partir del 1 de enero, la prohibición prohíbe que las personas que no sean ciudadanos canadienses o residentes permanentes compren propiedades residenciales e impone una multa de 10.000 dólares canadienses a quienes la infrinjan.
A fines de diciembre, 11 días antes de que la prohibición entrara en vigencia, el gobierno canadiense anunció algunas exenciones a la regulación, incluso para estudiantes internacionales que han estado en el país durante al menos cinco años, solicitantes de refugio y personas con permisos de trabajo temporales.
