Los semiconductores (o chips informáticos), que alimentan más del 90% de los dispositivos de nuestros hogares (teléfonos, televisores, hornos, etc.), se han convertido en el nuevo petróleo.
Pero solo en los últimos dos años, Estados Unidos comprendió por completo que ahora son tan cruciales para las economías modernas como el petróleo .
Desde que la industria del acero se mudó de los EE. UU. hace casi cinco décadas, la mayoría de las materias primas para fabricar chips provienen de Ucrania, Rusia y China, pero la guerra de Ucrania ha dejado a China como la fuente principal del mundo.
La crisis de la cadena de suministro que creó una escasez de chips fue el primer control de la realidad.
Y el riesgo de que se avecine un conflicto con China, que ha estado amenazando con invadir Taiwán (sede de la empresa de fabricación de chips más grande del mundo) también empujó a EE. UU. a comenzar a exportar la producción de chips.
Esta decisión ha dado paso a una tendencia de inversión masiva y algunas empresas parecen estar bien posicionadas para obtener ganancias.
El gobierno y las empresas están gastando miles de millones para desarrollar la fabricación nacional y salvaguardar el suministro de chips en el futuro. Según la Asociación de la Industria de Semiconductores (SIA), los 40 proyectos que las empresas de semiconductores han propuesto en los EE. UU. en los últimos dos años tienen un valor de casi $ 200 mil millones y crearían más de 40,000 nuevos empleos durante la próxima década.
Los mayores ganadores a largo plazo de esta tendencia de inversión incluyen algunos de los jugadores ya establecidos en el espacio de los chips, como Intel Corporation .
Intel está construyendo una nueva planta de semiconductores en Ohio y ampliando sus instalaciones en Arizona y Nuevo México. Gracias a la CHIP ACT , estas inversiones tendrán un descuento del 25% por parte del gobierno. Cuanto más gaste Intel en la construcción de plantas y en investigación y desarrollo, más dinero obtendrá del gobierno.
Es probable que las empresas de semiconductores, Micron Technology y Texas Instruments también compartan la mayor parte de los subsidios gubernamentales con Intel en los próximos años.
