Ferrovial acelera la venta de aeropuertos para saldar su deuda
Borrón y cuenta nueva. Es el espíritu que se respira en las oficinas de Ferrovial. Tras cerrar el peor ejercicio de su historia, con unas píérdidas de 838 millones de euros y una caída del 4,8 por ciento en el beneficio bruto operativo (ver gráfico), la compañía presidida por Rafael del Pino ha sentado las bases para dejar atrás el pasado e intentar recuperar el vuelo. Claudica en su empeño por mantener cinco aeródromos a cambio de desinvertir en Glasgow en vez de en Edimburgo.