Los cambios en la confianza del consumidor podrían afectar negativamente a las acciones.
La demanda de muchos artículos discrecionales ya ha disminuido, y los ahorros personales se han desplomado desde los máximos pandémicos de 2021 del 7,5 % al 3,4 % en diciembre de 2022.
Con el temor a la recesión, las empresas que alguna vez fueron disruptivas o prósperas experimentaron caídas sustanciales y pueden continuar golpear.
Como se destaca en las recomendaciones de venta que han tenido un rendimiento inferior al S&P 500 durante más de una década utilizando datos cuantitativos, varias acciones tienen calificaciones de analistas negativas, fundamentos deficientes, retraso en sus sectores y es probable que tengan un desempeño deficiente.
En este entorno, separar a los débiles de los fuertes y destacar a los que pueden tener un desempeño deficiente es crucial para no perder dinero.