Para los inversores que luchan por tener una idea clara de cómo los bancos están cumpliendo sus promesas de emisiones netas cero, los cambios en los escenarios climáticos que se hacen necesarios debido a las realidades cambiantes pueden complicar aún más el panorama.
La mayoría de los bancos importantes de Europa y América del Norte han seguido el mismo manual para lograr cero emisiones netas: asumir un compromiso general de eliminar las emisiones netas financiadas para 2050; luego determinar cuáles son las partes de la cartera de préstamos con mayor emisión de carbono y establecer objetivos a corto plazo (normalmente para 2030) para reducir las emisiones al otorgar préstamos a esos sectores; y tercero, agregar más objetivos sectoriales que cubran una proporción cada vez mayor del balance.
Una cuarta etapa puede ser ajustar esos objetivos a medida que cambia el camino hacia el cero neto. Los principales de esos cambios son los pronósticos que incluyen aumentos inesperados en el uso de carbón y petróleo en los próximos años.
El mes pasado, HSBC Holdings Plc explicó en detalle cómo podrían ser estos ajustes. El banco con sede en Londres dijo que sus objetivos sectoriales, que cubren su financiación para empresas de cemento, bienes raíces, petróleo y gas y más, “deberán actualizarse periódicamente para reflejar escenarios actualizados alineados con 1,5C para lograr cero emisiones netas para 2050”. Esos objetivos deben "seguir el ritmo de los avances científicos y de la economía real", dijo la compañía.
Cada escenario que visualiza un camino hacia emisiones netas cero para 2050 viene con una variedad de supuestos. Incluyen la tasa de implementación de nuevas tecnologías de reducción de emisiones, desarrollos políticos y regulatorios, cambios en el comportamiento de los consumidores y la cantidad de remociones de carbono.
HSBC eligió el escenario Net Zero para 2050 de la Agencia Internacional de Energía como base de sus objetivos provisionales. El escenario se publicó por primera vez en 2021 y luego se actualizó el año pasado para reflejar el impacto de la crisis energética global causada por la guerra de Vladimir Putin contra Ucrania.