(Reuters)
La rivalidad con China, las consecuencias de la guerra de Rusia en Ucrania y las disputas una vez más en Washington sobre el techo de la deuda de Estados Unidos han puesto el estatus del dólar como moneda dominante en el mundo bajo un nuevo escrutinio.
El exilio de los sistemas financieros globales impuesto por las sanciones de Rusia el año pasado también alimentó la especulación de que los aliados no estadounidenses se diversificarían más allá de los dólares.