Los proveedores “están extremadamente preocupados por la posibilidad de que los príéstamos se limiten a las compañías de rango superiorâ€, dijo en una entrevista ayer Hisataka Nobumoto, presidente de la Asociación de Industrias de Autopartes de Japón.
“Si el actual ambiente de ventas se prolonga, habrá diversas consecuencias, incluso bancarrotasâ€. Nobumoto es tambiíén el máximo responsable de Akebono Brake Industry Co., afiliada de Toyota.
En febrero, las ventas de autos en Estados Unidos, el mayor mercado automovilístico del mundo, cayeron a su menor nivel desde diciembre de 1981. Las ventas de Toyota se hundieron 40 por ciento y las de Honda Motor Co., 38 por ciento. Toyota dijo a comienzos de esta semana que podría reducir la producción 12 por ciento el próximo año fiscal a cerca de 6,2 millones de vehículos, frente a la estimación de 7 millones hecha por los proveedores.
“Los proveedores están gravemente afectadosâ€, dijo Atsushi Ishii, analista de la cadena de oferta en Tokio en la compañía consultora del sector automovilístico CSM Worldwide. “Las quiebras les crearían grandes problemas a los fabricantes de automóvilesâ€, que podrían tener que respaldar a los proveedores para asegurar la producción.
La división financiera de Toyota podría pedir 200.000 millones de yenes (US$2.000 millones) en príéstamos al Gobierno japoníés, informó la emisora pública NHK el 3 de marzo sin citar su fuente. El portavoz de Toyota Financial Services Corp., Toshiaki Kawai, dijo que la filial está en conversaciones con el estatal Japan Bank for International Cooperation, sin confirmar el monto. Honda tambiíén dijo que podría pedirle dinero prestado al Gobierno para darles críéditos a los compradores de autos de Estados Unidos.