Dos farmacíéuticas cuyas sedes están a menos de una hora en coche en Nueva Jersey, Merck y Schering Plough, protagonizaron ayer la segunda fusión del sector del año. Merck compra a su competidora por 41.100 millones de dólares (32.519 millones de euros).
La operación, en acciones y dinero, valora a Schering un 34% por encima de su cierre del viernes, y está financiada con parte de las reservas de Merck y una línea de críédito de 8.500 millones de dólares de JPMorgan. Merck no sólo conserva el nombre de la empresa y a su consejero delegado, Richard Clark, sino que además sus accionistas controlarán el 68% de una nueva compañía que iniciará su andadura en el cuarto trimestre como empresa conjunta. Para Clark, y Fred Hassan, su homólogo de Schering, la fusión responde a la necesidad de afrontar el actual momento económico con empresas más diversificadas y no sólo desde el punto de vista de la investigación, que es crítica para mantener los medicamentos superventas, sino tambiíén de productos de parafarmacia entre otras líneas. Schering, de hecho, aporta, entre otras cosas, productos de consumo de salud, una línea de negocio para animales y un mercado mucho mayor que el de Merck fuera de EE UU.
La unión de ambas compañías da lugar a un gigante con ventas de 46.900 millones de dólares. Será la segunda empresa en el ranking por detrás de Pfizer quien el pasado mes se hizo con Wyeth por 62.000 millones de dólares con la misma filosofía de diversificación de producto con la que encarar la crisis.
Ambas compañías tienen en marcha planes de reducción de costes y con la fusión quieren ahorrar hasta 3.500 millones de dólares en 2011. Eso si, habrá una factura para la plantilla ya que se reducirá el 15% (unos) 15.930 empleos de un total de 106.000.
Con esta unión, que se negocia desde diciembre, terminan de unir sus destinos dos empresas ya socias en las ventas de Zetia y Vytorin, dos fármacos anticolesterol que el año pasado registraron ventas de 4.600 millones de dólares pero cuya efectividad ha sido cuestionada desde el pasado enero. Las ventas han empezado a caer desde el cuarto trimestres.
Con la compra, Merck duplica el número de medicamentos en última fase de investigación justo cuando sus problemas en este departamento empieza a emerger y otros fármacos como el gardisil (la vacuna contra el cáncer de cuello de útero) empieza a ver un pinchazo en ventas. Schering tiene productos en la probeta que podrían sumar ventas de 6.000 millones de dólares y algunos de sus mayores superventas tienen mucho recorrido antes que expire la patente.
En el lado de los posibles conflictos, Schering tiene abierta la cuestión del Remicade, un antiinflamatorio cuyas ventas comparte con la tambiíén farmacíéutica de Nueva Jersey, Johnson & Johnson. Para ambas fue uno de los medicamentos estrella de su cartera y J&J puede reclamar a Schering su derecho a venderlo fuera de EE UU pues en el acuerdo de ambas empresas figura esta cláusula en caso de que cambie la propiedad de la empresa.
La industria farmacíéutica anima los mercados
El sector farmacíéutico se mueve y eso significa que Wall Street, tan parada últimamente, tambiíén nota la actividad.
La compra de Wyeth por Pfizer, la de Merck y la disputada opa de 40.000 millones de dólares de Roche sobre Gennentech, son algunos de los pocos negocios grandes que están moviendo estos días a los departamentos de fusiones y adquisiciones de la banca de inversión. Las compras están en su momento más bajo desde el año 2004.
En el caso de esta operación con Merck y Schering, y según Bloomberg, Goldman Sachs, JPMorgan Chase y Morgan Stanley podrían repartirse 146 millones de dólares por consultoría.
El acuerdo anunciado el lunes convierte a estos tres bancos en los primeros consultores de fusiones en lo que va de este complicado año.