En 2021, Blackstone adquirió QTS, un operador de centros de datos por 10.000 millones de dólares. Ahora, la mayor firma de private equity del mundo está impulsando el rápido crecimiento de uno de los principales propietarios de los gigantes tecnológicos. El objetivo es financiar el desarrollo de estructuras que manejen las necesidades informáticas, al tiempo que remodela el paisaje a lo largo de Estados Unidos, según publica Bloomberg.
Así, al lado de una autopista en Phoenix está construyendo cinco búnkeres con una extensión mayor a la de 60 campos de fútbol, al tiempo que sus ingenieros planean otro complejo a 50 kilómetros de distancia. Ambos terrenos van a ser ocupados por miles de ordenadores que manejarán montañas de datos y consumirán la energía de cientos de miles de hogares. Esta es la apuesta de Blackstone para la revolución de la Inteligencia Artificial (IA)