Suecia siguió a Suiza, Hungría y la República Checa en la flexibilización de la política monetaria por primera vez desde que comenzaron los ciclos de alzas en 2022, cuando la inflación surgió a raíz de la pandemia.
El Riksbank redujo su tipo de interés oficial en 25 puntos básicos hasta el 3,75% el miércoles, lo que hace más probable que el BCE también se sume al carro.
El cambio es digno de mención, ya que pone de relieve la divergencia de los bancos centrales en todo el mundo y contrasta con la actitud de esperar y ver de Estados Unidos.
Muchos en Europa temen quedarse atrapados detrás de la curva a medida que el crecimiento se desacelera y el desempleo aumenta.