Tratar de adivinar el mercado de valores ha sido un deporte activo durante décadas, si no siglos.
Determinar cuándo y hacia dónde se dirigen el mercado y las acciones individuales en el corto plazo ha sido el estándar de oro para muchos inversores profesionales y aficionados por igual.
Cualquiera que pueda hacerlo de manera constante, dispondrá de una cantidad considerable de dinero. Sin embargo, la gran mayoría termina perdiendo.
¿Por qué? La razón se puede encontrar en el factor aleatorio.
Resulta que lanzar una moneda o dardos para predecir el movimiento de las acciones a corto plazo a menudo produce resultados a la par de los inversores profesionales.
Al economista y autor Burton Malkiel se le atribuye la popularización de la frase "un paseo aleatorio". Como él escribe: “Un paseo aleatorio es aquel en el que los pasos o direcciones futuros no pueden predecirse basándose en la historia pasada.
Cuando el término se aplica al mercado de valores, significa que los cambios a corto plazo en los precios de las acciones son impredecibles”.
La analogía original se refería a un “hombre borracho que se tambaleaba por un campo vacío.
No es racional, pero tampoco es predecible”.
