Los trabajadores estadounidenses deberían tomar nota.
Estados Unidos se enfrenta a una crisis de jubilación similar y no hay una solución fácil.
Si nuestros políticos intentaran hacernos lo que los políticos chinos acaban de hacerles a sus propios ciudadanos, apuesto a que los estadounidenses saldrían a las calles.
El gobierno chino, de un solo golpe, aprobó dos medidas para apuntalar el tambaleante sistema de jubilación de ese país: un aumento de la edad de jubilación y un incremento del número de años que los trabajadores deben trabajar para calificar para una pensión mensual.