Con el oro en máximos históricos parece que fuera este metal precioso la única opción interesante ante el creciente miedo por la ralentización de la recuperación económica, la crisis de deuda europea y las incertidumbres que penden sobre el sistema bancario europeo.
No obstante, hay otro metal que aún se encuentra lejos de sus máximos, está barato con respecto al oro y tiene un elevado potencial de crecimiento como consecuencia de su fuerte demanda para usos industriales: la plata.
Con la onza ligeramente por debajo de los 20 dólares, las señales que lanza al mercado son difíciles de ignorar.
De entrada, según ha explicado el gestor de fondos Jack Barnes -considerado por Forbes como uno de los mejores de su categoría, que se retiró el año pasado tras conseguir beneficios de dos dígitos en 2008- el primer signo de que tiene recorrido es que ha roto su precio máximo en una divisa extranjera, es decir, no en dólares como cotiza.
La revalorización de la rupia india frente al dólar –ha subido un 5,9% desde sus mínimos anuales en abril- hasta los 46 dólares ha permitido que se produzca este fenómeno que indica que ha llegado el momento para los inversores en dólares de meterse en el mercado de la plata.
“Pienso que puede alcanzar los 50 dólares la onza para las elecciones presidenciales en 2010, lo que supone una subida del 150% desde ahoraâ€, ha asegurado Barnes en Money Morning.
De cumplirse las estimaciones del analista, lo cierto es que la plata alcanzaría, despuíés de treinta años, el máximo histórico que firmó en 1980 durante la burbuja de los ‘Hunt Brothers’, cuando los hermanos millonarios llegaron a ganar entre 2.000 y 4.000 millones de dólares especulando con 100 millones de onzas.
Sin embargo, en esta ocasión el escenario sería distinto. El incremento sería consecuencia de un cúmulo de factores que le van a permitir a la plata mantener un avance sostenido.
Por un lado, el elevado desempleo de Estados Unidos y la incertidumbre que existe en el mercado de deuda europeo está aumentando la preocupación sobre la buena marcha de la recuperación económica, lo que, de paso, afecta a las estimaciones de exportación de países asiáticos como China e India.
Así mismo, las materias primas son, tradicionalmente, valores refugio frente a los escenarios inflacionistas y deflacionistas. Y ambos tambores suenan en oriente y en occidente respectivamente.
Por otro lado, la demanda de la plata presenta un crecimiento continuado como consecuencia de sus usos industriales. í‰ste metal precioso tiene la mayor capacidad de conductividad elíéctrica, lo que le hace el material perfecto para la producción de paneles solares justo en la era de las energías renovables. Por ejemplo, los analistas calculan que la industria solar consuma 48 millones de onzas este año.
Además, la plata se encuentra barata en su comparación con el oro. Tradicionalmente, el metal blanco se ha negociado a un ratio medio de 61 onzas de plata por una de oro. Sin embargo, a los precios actuales, con el oro en por encima de los 1.250 euros, ese ratio se encuentra en unos 65 lingotes, muy lejos de los 17 a los que se encontraba la plata en su último mercado alcista.
Con este panorama, Barnes recomienda adoptar una estrategia a largo plazo. Así, para contar con un 10% de plata en la cartera, lo perfecto sería contar con un 3% físico, un 5% en fondos y acciones y un 2% en futuros.
