Por... Agnes Lobasz
La tasa de referencia de Polonia caerá a 3 por ciento para fin de año desde el 4 por ciento, según pronósticos reunidos por Bloomberg. La tasa de referencia checa bajará a 1,5 por ciento desde 1,75 por ciento y la de Hungría caerá a 7 por ciento desde 9,5 por ciento.
Bancos en Polonia, Hungría, la República Checa y Rumania se están viendo forzados a dejar de lado los libros de procedimiento de la política monetaria mientras la región padece la peor declinación económica desde el fin de los regímenes comunistas. Tienen que establecer un equilibrio entre las economías doblegadas por el peso de la crisis y el desplome de las monedas en momentos en que los inversores huyen de los mercados emergentes.
“Uno tiene que preguntarse en el actual clima si la respuesta convencional de subir las tasas de interíés va a lograr algo o noâ€, dijo Neil Shearing, economista de Capital Economics en Londres. “Las tasas de interíés no son las que están afectando a las monedas en estos momentos. Todo gira en torno del temor y el pánico. No pueden darse el lujo de no reducir las tasas en este momentoâ€.
Peor desempeño
Las monedas de la región se encuentran entre las de peor desempeño en los últimos seis meses. De las 26 monedas de países de mercados emergentes analizadas por Bloomberg, el zloty polaco es la que más se ha desplomado, perdiendo el 28 por ciento frente al euro. En tercer lugar se halla el florín húngaro, que ha perdido el 20 por ciento. El leu rumano se debilitó el 16 por ciento y la corona checa el 11 por ciento.
Si bien la depreciación monetaria impide que los bancos centrales de estos países reduzcan las tasas tanto como la Reserva Federal o el Banco de Japón, se estima que los tipos de interíés de Europa Oriental van a caer durante este año, según sondeos a economistas y estrategas realizados por Bloomberg. Las tasas polacas podrían bajar ya la próxima semana, mientras que el costo de los príéstamos en Hungría y la República Checa probablemente siga sin cambios este mes, según los sondeos.
La posibilidad de las reducciones de tasas asoma en momentos en que la gravedad de la crisis global paraliza las economías de la región, haciendo necesario cerrar fábricas y aumentando el desempleo. La caída de la recaudación impositiva amenaza con inflar los díéficits presupuestarios y podría descarrilar los planes de adopción del euro en algunos países.