'La Bolsa dará retornos bastante bajos en los próximos tres años'
Por Fernando Martínez en Cinco Días
Baja intensidad bursátil. Ese es el panorama que los mercados y los inversores afrontan para los próximos años, según las conclusiones del estratega global y vicepresidente de JPMorgan Asset Management, David Shairp, que no obstante recomienda tomar posiciones en los mercados de renta variable. 'Sin salir de un contexto bajista, hay una posibilidad clara de fuerte movimiento al alza, respaldado por los indicadores tíécnicos del mercado', explica el directivo. Shairp, formado en la London Business School y la Universidad de Exeter, ingresó en JPMorgan en el año 2004. Previamente había ocupado puestos de responsabilidad en BNP y UBS.
¿Cuál es su escenario base para el mercado?
Nuestro análisis sugiere que la actividad económica tardará unos cuatro años en recuperar los niveles previos a la crisis. Si echamos un vistazo a la historia, a lo que ocurrió en la crisis bancaria de España en los años setenta, o las posteriores de los mercados nórdicos y de los países emergentes de Asia la conclusión es que el número de años perdidos hasta que el PIB per cápita recupera los niveles precrisis oscila entre dos y ocho años. Por eso, nuestra visión central es que los años 2010-2011 serán de una recuperación tibia, modesta, tras la profunda recesión que viviremos este año. Si la historia sirve de guía, el resultado es que los beneficios corporativos caerán en general un 30-35% antes de empezar a recuperarse y hasta un 60% en el caso de Europa. En resumen, la Bolsa dará unos rendimientos bastante bajos durante los próximos tres o cuatro años. Sin embargo... hay posibilidades de conseguir una interesante rentabilidad en un contexto bajista. Hemos analizado la evolución de 12 bancos en pasadas crisis y la conclusión es que sus cotizaciones suelen caer un 50% antes de tocar fondo y generalmente en el año posterior al inicio de la crisis. A partir de ahí, hay posibilidades de capturar un gran rally en dólares. A final, nuestra recomendación táctica es sobreponderar ligeramente la renta variable, pero manteniendo la cautela.
¿Quíé regiones le parecen más interesantes para invertir?
Preferimos EE UU y Reino Unido sobre Europa y Japón. Tambiíén nos hemos empezado a fijar en el resto de Asia, sobre todo por la respuesta que China está ofreciendo a la crisis. Aún así, tenemos una preferencia estratíégica por EE UU. No es sólo que creamos que la crisis está más avanzada en ese país y que, por lo tanto, saldrá antes. Tambiíén pensamos que la política fiscal y monetaria de EE UU está siendo más agresiva y eso es positivo. En la eurozona da la impresión de que no se ha reflexionado verdaderamente sobre este asunto y parece mucho más lenta a la hora de responder.
Tiene una visión muy pesimista sobre Europa...
Esa es una de las razones por las que somos mucho más cautos en lo que tiene que ver con la renta variable europea. En nuestra opinión, la eurozona afronta dos grandes problemas: en primer lugar, las condiciones de política monetaria son todavía demasiado restrictivas para algunos países como España, que precisan una mayor relajación monetaria. En segundo lugar, el sector bancario está muy centralizado en cada uno de los países europeos. Va a ser difícil ver una acción coordinada de los países europeos y esa sería precisamente una respuesta eficaz en este momento. Conviene organizar transferencias de liquidez coordinadas entre los países, dado que el BCE parece poco inclinado a tomar medidas en esa línea.
¿Hay potencial en el segmento de renta fija?
Nuestra visión es que hay valor en el negocio de bonos corporativos y que están cotizando a un precio atractivo. Partiendo de esa base, está claro que lo mejor es una aproximación selectiva. Sí, hay valor en la deuda privada, pero hay que mirar compañía a compañía. En cuanto a la renta fija pública, estamos particularmente interesados en Japón. El potencial de rentabilidad de los bonos japoneses es superior al de crecimiento del propio país y creemos que es una oportunidad interesante de inversión. Tambiíén hay cierto atractivo en los bonos de la eurozona, pero en estos momentos estamos neutrales.
¿Cuál es su previsión sobre la política del BCE? ¿Cree que hay alguna posibilidad de que el banco central lleve los tipos a cero?
Creo que sí que existe esa probabilidad, pero que tendrá que pasar algún tiempo antes de que eso ocurra. Nuestra percepción es que el BCE tendrá que ir mucho más allá de donde ha ido hasta el momento y que el objetivo de tipos al 1% está a la vuelta de la esquina. No me sorprendería que despuíés redujera aún más el precio del dinero.
¿Quíé dirección tomará la cotización del euro/dólar?
Manejamos un escenario de dólar fuerte. Puede que durante un tiempo y a corto plazo no sea así, pero luego el euro se irá debilitando.
¿Quíé opina de la situación en las materias primas?
Ciertamente, la presión deflacionaria seguirá siendo una amenaza presente durante un tiempo, pero hay bastantes indicios que apuntan a que ya estamos al final del ciclo bajista en lo que concierne a las materias primas. La gente no debería ser pesimista respecto al precio del petróleo.
'La eurozona no se va a romper'
Los recientes problemas de varios países han abierto el debate sobre la conveniencia de abandonar en el euro para ganar en competitividad. ¿Tiene sentido plantearse esa cuestión?
Creo que tiene sentido, dados los extraordinarios tiempos que nos ha tocado vivir. Pero creo que no tiene ningún sentido para ningún país hacerlo. Es decir, que aunque es posible, es altamente improbable. El coste de salir de la unión monetaria sería muy elevado y generaría con mucha facilidad tantos problemas como los que se pretenden resolver haciendo una cosa así. Creo que durante un tiempo habrá bastantes presiones en países como España, que tienen que lidiar con cuestiones como la competitividad y, por desgracia, eso conducirá a un periodo de bajo crecimiento y alto desempleo. Será un momento difícil y doloroso, pero en la relación coste/beneficio de salirse del euro la balanza se inclina claramente a favor de la permanencia. Habrá mucha presión en la actividad económica y en el sistema bancario, pero creo que la eurozona va a permanecer unida, ningún país abandonará el grupo. Será un verdadero desafío y eso probablemente tendrá su traducción en una cotización más díébil del euro.