La idea es simple, y, como casi todas las ideas simples, efectiva.
Se le ocurrió a Onno Purbo, gurú indonesio de las telecomunicaciones, en el año 2007: la “wajambólicaâ€. ¿Quíé es esto?
Se trata de una rústica antena parabólica construida a partir del wajan, una olla tradicional indonesia similar al wok. Cogen el wajan y lo atraviesan con un segmento de tubería de PVC con un adaptador WiFi USB embutido en su interior. Se conecta a un ordenador y a recibir Internet difundido por la antena de una radio local.
Así de sencillo y de efectivo: con una sola suscripción a Internet se beneficia toda una comunidad.
La iniciativa está empezando a calar en las zonas rurales y empobrecidas de la isla de Java, donde la conexión a Internet más barata supone un tercio del sueldo medio de la región. Una decena de pueblos y varios centros educativos y universidades ya cuentan con “wajambólicasâ€.
Indonesia es un país con graves carencias en infraestructuras con cerca de cien millones de personas viviendo por debajo del umbral de la pobreza. En total, el país cuenta con 25 millones de internautas, el 10% de la población total, y de ellos, apenas 241.000 disponen de banda ancha. En este contexto, la popularización de estos “artefactos†está, prácticamente, asegurada.
Las comunidades que ya disfrutan de ellas están notando un cambio espectacular en sus vidas. Se empieza a posibilitar la comunicación entre sus miembros, lo que está fomentando la creación de contenidos propios, tanto en formato escrito como audiovisual y está arrastrando a los gobiernos locales a informar a sus ciudadanos sobre las decisiones que les afectan, haciendo más transparente la política local.
Ya sabemos que el coste de recibir e intercambiar información en las comunidades con escasos medios es demasiado alto. Con estas antenas se consigue que la información llegue al mismo tiempo a todos, ya sean ricos o pobres, fomentando la distribución del conocimiento.
Tiene todos los ingredientes para ser un íéxito y puede resultar un buen míétodo para que las comunidades más pobres de Indonesia, y de cualquier otro país, no se queden al margen de la “sociedad de la informaciónâ€.
Varias son las alternativas que se presentan al momento de encaminarse en aras del progreso tecnológico. En un mercado altamente competitivo y que evoluciona a pasos agigantados, es estrictamente necesario buscar una salida para abaratar costos y no quedarse atrás de los mayores avances electrónicos.
Ante esto, los habitantes más pobres en la isla de Java (Yakarta-Indonesia) intentan por todos los medios no quedarse al margen de la autopista de la información: tirando de ingenio, han desarrollado una antena Wi-Fi para conectarse a la Internet a partir del wajan, una olla tradicional indonesia.
Entre las más curiosas ideas aparecen antenas fabricadas con paraguas, mallas de alambre, CD, latas vacías de comida y hasta con los utensilios de cocina menos imaginados como sartenes y cernidores.
"Es un íéxito: son baratas, hacen accesible la información, estimulan la comunicación y familiarizan a las comunidades rurales con los medios de difusión", aseguró Edwin Jurriens, profesor universitario australiano especializado en lengua y cultura indonesias.
Las "wajanbólicas" son unas rústicas antenas construidas a partir de un wajan atravesado por un segmento de tubería de PVC con un adaptador Wi-Fi USB en su interior.
La iniciativa vio la luz en 2007, y está empezando a calar en las zonas rurales y empobrecidas del centro de Java, donde la conexión a la Internet más barata supone un tercio del sueldo medio en la región.(LGP-EFE)
Las "wajanbólicas" son unas rústicas antenas construidas a partir de un wajan, una olla tradicional usada en Indonesia
Entre las más curiosas ideas aparecen los utensilios de cocina menos imaginados como sartenes, tapas de ollas y cernidores
Los cd tambiíén son usados como materia prima para las parabólicas Wi-Fi