La Administración pagará el 85% de las declaraciones a finales de julio
La crisis de 1993 es la gran referencia del actual batacazo que ha dejado temblando la economía española, por su contundencia y por la rapidez con la que se desencadenó la recesión. La historia se repite: tanto entonces como ahora eso se traduce en desempleo, díéficit público y un agujero en el bolsillo del consumidor, con el consiguiente desplome del consumo. Para suavizar la crisis, la gran novedad de Hacienda en el IRPF de 1994 fue adelantar de septiembre a julio las primeras devoluciones. Eso dejaba más dinero al contribuyente para capear el temporal. Este año se repite la receta: las devoluciones empiezan el 15 de abril "y a partir de ahí el objetivo es acelerar todo lo posible el pago para que la gente se vaya de vacaciones con dinero en el bolsillo", asegura el director de la Agencia, Luis Pedroche.
AEAT
(Agencia Estatal de la Administración Tributaria)
A FONDO
Sede: Madrid (España) Directivo: Luis Pedroche y Rojo (Director General)
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En enero y febrero han aumentado las solicitudes para aplazar pagos
Pese a que siempre llega en primavera, la campaña de la renta que empieza el miíércoles no es precisamente una alegría. El año pasado, ocho millones de personas tuvieron que pagar a Hacienda tras ver cómo la casilla definitiva de la declaración salía positiva. Pero a 12 millones de personas les salió a devolver. Y el objetivo de Hacienda es que ese dinero llegue cuanto antes al contribuyente.
Esta vez no hay el mismo margen de mejora que hace 15 años. La mayoría ya recibe con rapidez el pago de Hacienda: un 80% de las declaraciones con derecho a devolución se abonan antes de finalizar julio. Ese porcentaje se elevará hasta el 85% esta campaña, lo que supondría adelantar el pago para unas 600.000 personas con relación al año pasado.
El ministro de Economía, Pedro Solbes, ha asegurado reiteradamente que no queda margen para nuevas rebajas fiscales. "Pero eso no significa que no lo haya para hacer otras cosas", aseguró Solbes el pasado viernes. En lo relativo al cobro de impuestos, Pedroche traduce esas palabras al asegurar que Hacienda "es sensible al contexto económico" y hace esfuerzos de adaptación en dos sentidos: acelerar las devoluciones y permitir retrasos en el pago. En 2008, recibió más de 650.000 solicitudes de aplazamiento por valor de 9.580 millones de euros, un 63,3% más que en el año anterior. Y aceptó seis de cada 10 peticiones. Pero la crisis empeora por momentos. "En enero y febrero se ha notado un importante incremento de las solicitudes de aplazamiento en IVA y Sociedades. La voluntad de Hacienda es no perjudicar aún más a las empresas que están sufriendo la crisis financiera y la contracción del críédito, y que se enfrentan con serias dificultades de tesorería para hacer frente a sus obligaciones con el fisco", indica Pedroche.
Pese a que algunos expertos ya atisban los primeros tímidos signos de recuperación, la crisis va para largo y sus efectos se dejan notar en la recaudación fiscal. "Los ingresos están por debajo de las previsiones como consecuencia del rápido deterioro en la coyuntura", afirma el director de la Agencia. La caída de la recaudación se deja notar especialmente en las rentas del trabajo (vinculadas al fuerte repunte del paro), en las rentas del capital (por el pinchazo en los mercados), y en impuestos vinculados al consumo.
Hace 15 años, Hacienda amenazaba con miles de cartas a titulares de fondos de inversión, letras del Tesoro y otros rentistas para recordarles sus obligaciones fiscales. Ahora es algo más sutil: hace parte del trabajo. La pasada semana empezó a enviar 20 millones de borradores de la renta, que se podrán confirmar a partir del 1 de abril. Hacienda maneja una encuesta sobre los borradores que deja un par de datos interesantes. Más del 90% quieren seguir recibiíéndolo y lo recomendarían a otra gente. Pero hay una cifra más preocupante: el 5% de los contribuyentes (un millón de personas) confirma el borrador sin revisarlo, lo que ha llevado a la Agencia a incidir en la necesidad de verificar si los datos incluyen deducciones de las que Hacienda no tiene información (cuotas sindicales o las vinculadas con la compra de vivienda) y que llevan a muchas de esas personas a pagar más de la cuenta.