El presidente de EEUU, Barack Obama, ha afirmado hoy que los países miembros del G-20 deben actuar con un "sentido de urgencia" en la cumbre que empieza mañana, jueves, para hacer frente a la crisis económica mundial. En una rueda de prensa en Londres junto al primer ministro británico, Gordon Brown, Obama ha advertido de que "sólo podremos resolver esta crisis juntos" y ha asegurado que las diferencias entre los países miembros "se han exagerado". En este punto, tras reconocer que las divergencias están más en las formas que en el fondo, ha hecho un llamamiento a la coordinación entre los gobiernos para superar cuanto antes el deterioro económico y ha reseñado que su país "no puede ser el único motor" de la recuperación. En su opinión, despuíés de la crisis todos tendrán que ir al mismo ritmo.
En cuanto a la políémica sobre la necesidad de fijar nuevos planes de estímulo, Obama ha defendido que la "realidad es que, país tras país, han contribuido a la mayor inversión pública de la economía mundial en historia. "El mayor paquete fiscal que jamás se ha visto", ha reiterado antes de recordar que, en total, tras la cumbre de Washington se han puesto sobre la mesa 2 billones de dólares, algo que "nadie hubiera creído hace cinco o diez años". No obstante, ha afirmado que "es notable que hay que mejorar".
Echando la vista atrás, además, ha admitido parte de la culpa de Estados Unidos en el origen de la crisis al afirmar que los sistemas de regulación estadounidenses "no fueron los adecuados".
Por su parte, Brown ha defendido que la recuperación de la crisis pasa por cumplir con cinco proyectos básicos: cambiar la regulación del sistema bancario internacional para hacerlo más transparente, impulsar el crecimiento económico, aumentar la cooperación y acabar con el proteccionismo sin olvidar a los más vulnerables. Aunque ha reconocido que las negociaciones "serán difíciles".
Sobre el primer punto, el anfitrión de la cita ha instado al G-20 a reforzar la colaboración entre los órganos de control de los diferentes países para saber cuáles son los riesgos del sistema para poder anticiparse a ellos y "establecer un modelo que pueda reducirlos". "Hay un consenso grande sobre lo que hay que hacer", ha añadido en un intento por minimizar las diferencias previas que existen entre los miembros de este selecto club. Para Brown, "es mejor mirar hacia delante que hacia atrás", aunque, en cualquier caso, ha advertido de que "no se puede resolver el problema en una semana".
Frente al eje anglosajón que encabezan Obama y Brown, el presidente francíés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, abogan por una mayor regulación global del sistema financiero, aunque tambiíén entre ellos hay algunas diferencias sobre el modo de llevarlo a cabo. En cualquier caso, Sarkozy ha vuelto a insistir hoy, en una entrevista a la emisora francesa Europe 1, en que por ahora no hay un acuerdo satisfactorio para la cumbre. Aunque ha suavizado sus amenazas de levantarse de la mesa si no se avanza en una mayor regulación, ha advertido contra un acuerdo de mínimos. "No me asociaríé a una cumbre que termine con un comunicado de falsos compromisos", ha señalado Sarkozy antes de explicar que los negociadores que preparan la reunión no han cerrado ningún acuerdo.