El mundo.es/Javier González
Madrid.- La crisis es como un río que arrastra a su paso todo lo que encuentra. Cada día que pasa muere parte del tejido económico mundial. Por ello prima que la cumbre del G-20 en Londres concluya con algo más que la insípida declaración de intenciones de la cita celebrada en Washington en noviembre.
¿Quíé es ese "algo más" diferente? Ese "algo más" es pactar medidas concretas que no sean 'sentar las bases de futuras reformas'.
En los últimos meses se han perfilado los asuntos a tratar en Londres. Incluso se ha difundido un borrador con la columna vertebral de los presuntos acuerdos del G-20. Sin embargo, Estados Unidos y Europa no tratarán lo más importante: ¿Es necesario lanzar nuevos planes de estímulo para la economía? EEUU y Reino Unido afirman que sí, la Unión Europea, no. Considera que ello es "un camino al infierno".
En lo que sí coinciden Europa y Estados Unidos es en la política monetaria expansiva. La Reserva Federal tiene los tipos de interíés en casi cero, y el Banco Central Europeo, en pleno debate sobre el riesgo de deflación, los ha rebajado a mínimos históricos.
En cualquier caso, la cita del G-20 dará más importancia que nunca a los países menos industrializados y en vías de desarrollo. La reforma del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional es un hecho para que estos países tengan mayor representación, y los recursos del FMI serán duplicados para poder ejercer un papel principal en el futuro desarrollo de la crisis. Es más, este organismo podría actuar en puntos críticos donde la intervención del 'club del euro' es esencial pero está limitada: Europa del Este.
Así, estos son los puntos 'calientes' de la cumbre del G-20 en Londres:
Paraísos fiscales: la viga en el ojo ajeno
Los llamados 'offshore' en inglíés son en parte culpables de la actual crisis financiera. La complejidad del sistema ha empeorado con el secreto bancario de aquellos países de legislación 'opaca', pues no sólo existe la evasión fiscal (delito), sino tambiíén la elusión fiscal a travíés de los fallos del marco regulatorio (legal).
Así, el caos del sistema financiero ha provocado que los balances de muchas entidades tengan sombras que no reflejan las píérdidas reales de la crisis, y con ello muchas ayudas sean inútiles.
Ejemplo de hasta quíé punto se ha corrompido el sistema financiero es la 'estafa Madoff', cuyo principal culpable ya está en prisión pero de sus píérdidas sólo se han podido hacer estimaciones: más de 50.000 millones de dólares.
El G-20 está dispuesto a acabar con los paraísos fiscales tras los escándalos de Liechtenstein y UBS. El problema es que muchos miembros tienen sus propios cotos 'offshores'. España identifica más de cuatro decenas de países opacos, muchos de los cuales están bajo los 'paraguas' de Reino Unido, EEUU, China o Francia, entre otros.
Precisamente el primer ministro luxemburguíés, Jean-Claude Juncker, estalló por el "populismo de inspiración mediocre" de aquellos que ponen en el punto de mira los paraísos fiscales que no son de su interíés.
FMI: protagonista el año de su 'jubilación'
En julio cumplirá 65 años de su gestación (Bretton Woods, 1944), aunque hasta ahora no ha asumido el protagonismo internacional que tendrá con el devenir de la crisis. Europa y Estados Unidos han dado su brazo a torcer y el Fondo Monetario Internacional reformará sus cuotas antes de enero de 2011 para dar más representación a las potencias emergentes, lideradas por China, y a los países en vías de desarrollo, según el borrador de propuestas del G-20.
Por otra parte, los recursos del FMI serán reforzados para poder ser 'banquero' de aquellos países que la crisis ha puesto al borde del colapso. Europa y Estados Unidos parecen estar de acuerdo en duplicar sus fondos hasta medio billón de dólares, dinero que vendría de perlas para su ambiciosa Línea de Críédito Flexible.
Regulación financiera: cántaros y fuentes...
Además de abordar el problema de los paraísos fiscales, la cumbre de Londres debatirá ampliar el marco regulatorio de la banca comercial a otros instrumentos financieros más 'peligrosos': fondos de inversión riesgo ('hedge funds'), aseguradoras y similares que hasta ahora han sobrevivido en vacíos legales. Eso, y supervisar el correcto funcionamiento de las agencias de calificación al evaluar la solvencia de las compañías. Estados Unidos ya ha dado el primer paso. Tras la conversión de la banca de inversión en banca comercial, el Tesoro y la Reserva Federal han pedido más poder para controlar las firmas financieras no bancarias.
A nivel internacional, el G-20 debatirá cómo dotar de competencias al FMI, al Foro de Estabilidad Financiera y a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para supervisar el 'nuevo' sistema financiero.
Por ahora, las exigencias de capitalización que se plantearán a la banca para afrontar futuras crisis serán mínimas hasta que la recuperación del sistema financiero no sea un hecho.
Proteccionismo: ni contigo ni sin tí...
Los escasos intentos proteccionistas contra la crisis adoptados hasta el momento han hecho recordar lo que provocó este tipo de iniciativas en la Gran Depresión de los treinta. Aún así, algunas han seguido adelante de una manera u otra: el 'Buy American' de Obama, las ayudas al motor en España, Alemania y Francia, o la ampliación de la políémica garantía de los depósitos de Irlanda, criticada y luego aprobada por toda Europa.
Los mensajes contra el proteccionismo han sido reiterados en todos los frentes. La Organización Mundial del Comercio se inspiró en Mahatma Gandhi al advertir "ojo por ojo y el mundo se quedará ciego". Una amenaza real porque este año el comercio internacional ha dado un paso atrás por primera vez en el último cuarto de siglo.
El borrador del G-20 apunta a un acuerdo 'de caballeros' para no imponer restricciones a las importaciones ni subvencionar las exportaciones, además de no influir en las divisas para competir de forma desleal. No obstante, el debate sobre las ayudas a los bancos nacionales apenas ha sido mencionado por los asistentes.
Tercer Mundo, Doha, medio ambiente...
Los compromisos con temas recurrentes como los Objetivos del Milenio o finiquitar la eterna Ronda de Doha centrarán parte del discurso de la cumbre de Londres. No obstante, las conclusiones de Washington no hacen esperar novedades importantes.
El borrador de la reunión pide que la reforma del reparto de poder en el Banco Mundial culmine antes de la primavera de 2010 y que el FMI tenga más relevancia en ayudar al Tercer Mundo a salir de la crisis.
Sin embargo, es una incógnita si se abordará la petición de Naciones Unidas de un plan de un billón de dólares para ayudar a estos países, más allá de las dotaciones asignadas a los organismos internacionales.
Respecto a la industrialización sostenible, el borrador del G-20 recoge que "haremos todo lo posible por aliviar el impacto de la crisis sobre la sociedad y el medio ambiente".