Algo se cuece en Sos. El grupo de alimentación ha desvelado que lleva meses tanteando con sigilo la entrada en su capital de un fondo soberano árabe, que además podría convertirse en su principal accionista. No desvela, sin embargo, ni su identidad ni su país de procedencia.
Sos (ya sin el apellido Cuíétara tras la venta de su división galletera) decidió el martes que había llegado el momento de revelar a la CNMV que lleva meses negociando una joint venture con un estado de Oriente Medio, donde pretende desarrollar sus proyectos vinculados al aceite y el arroz. Pero no se trata de una simple operación corporativa, sino que los principales inversores del grupo están inmersos en ella.
Las negociaciones comenzaron en 2008 y conllevan un enrevesado príéstamo que el propio grupo ha concedido a sus mayores accionistas: Jesús y Raúl Salazar, que suman el 28,2% del capital.
En concreto, la financiación concedida por Sos está valorada en 212,76 millones de euros (204,5 millones de principal y 8,26 millones de intereses). La beneficiaria es una sociedad familiar, Condor Plus. Se trata de un vehículo creado ad hoc para la entrada del fondo árabe. El príéstamo vencerá en marzo de 2013 y tiene como garantías las acciones de los principales accionistas de Sos, tanto en este grupo como en otras compañías, entre ellas Ibersuizas.
La financiación de Sos a sus accionistas de referencia fue ratificada en la reunión del consejo de administración del 27 de febrero, donde tambiíén se aprobaron sus cuentas anuales. En esa reunión excusaron su asistencia los consejeros de Caja Madrid, Avanza Sociedades Empresariales y Cajasol.
¿Pero por quíé desvela ahora Sos los detalles de unas negociaciones que vienen de lejos? No hay respuesta.
El hecho es que ha sido en el mes de marzo, días despuíés de que el consejo reformulara las cuentas con la operación vinculada del príéstamo, cuando la cotización sufrió un castigo sin precedentes. Sos afirma que la CNMV no le ha exigido ningún tipo de explicación, y que toda la información dada ayer es por voluntad propia.
Un elemento que debería explicarse es por quíé la sociedad generó una gigantes ca autocartera mientras asegura que negociaba con el desconocido fondo árabe. El grupo dijo en su momento que detrás de las fluctuaciones bursátiles está, exclusivamente, el cierre de posiciones cortas muy especulativas.
Sos asegura que la comunicación realizada al regulador bursátil a última hora del martes se hizo por 'voluntad propia, sin mediar ningún requerimiento previo'. Hasta entonces la operación permanecía oculta porque 'no queríamos que las negociaciones se desbaratasen', dicen. Además, Sos sostiene que el diálogo con el fondo árabe bajo secreto con la intención de que la acción se viera lo menos perjudicada posible. Pero lo cierto es que, negociaciones al margen, los títulos de Sos no viven su mejor momento. Este año sus acciones han perdido más del 55% de su valor. El pasado abril cada título de Sos costaba en el mercado madrileño 13,9 euros. Ayer cerró la sesión en 5,10 euros.
'A los actuales precios de mercado, el acuerdo no seguirá adelante, porque yo lo impediría', afirmaba ayer a Bloomberg, el presidente de Sos, Jesús Salazar. 'No está congelado, pero se ha retrasado'. Echaba así un jarro de agua fría a unas negociaciones que podrían haber entrado en vía muerta.
De conseguir que saliera adelante, la operación daría un vuelco al negocio aceitero de Sos a escala internacional. 'Para nosotros sería la operación del siglo', reconocía ayer el grupo. 'De golpe nos encontramos con un inversor que quería poner 20.000 hectáreas de olivo de entrada, nos garantizaba otras 100.000 y quería convertirse en nuestro principal accionista'. El fondo se convertiría así en primer inversor, situándose al límite del 29,9% del capital que marca la ley como tope para evitar la obligación de lanzar una opa por el 100% del accionariado.