Unos 450 inmigrantes sin papeles, en su mayoría de nacionalidad brasileña y ecuatoriana, han sido víctimas en Bruselas de una supuesta estafa organizada por un pastor evangíélico de origen italiano que les empleaba ilegalmente en su empresa de limpieza.
De momento, los inmigrantes indocumentados -entre los cuales hay 80 ecuatorianos y un número importante de brasileños- no están en peligro inmediato de expulsión dado que la investigación se desarrolla en el ámbito laboral, según han confirmado hoy a Efe fuentes diplomáticas de ambos países.
No obstante, han precisado que la policía dispone de los datos personales de estos inmigrantes, por lo que no pueden descartar que en un futuro se puedan emprender acciones legales contra ellos, una decisión que corresponde a las autoridades nacionales belgas.
La presunta trama fue destapada el miíércoles pasado por la Policía Federal, que llevó a cabo un registro en la sede social de la compañía y detuvo al cura acusado de estafa, empleo de mano de obra extranjera ilegal y blanqueo de dinero.
Con la promesa de regularizar su situación, este sacerdote contrataba principalmente a mujeres a las que empleaba de manera irregular desde 2007 como asistentas domíésticas a cambio de “cheques servicioâ€, que luego íéstas podían canjear por dinero.
Sin embargo, el supuesto estafador no les pagaba con cheques válidos desde febrero, despuíés de que la empresa perdiese su derecho a trabajar en este sector mediante el sistema de “cheques servicioâ€, que está regulado por el Gobierno belga.
El sacerdote entraba en contacto con los inmigrantes a travíés de la asociación sin ánimo de lucro “BrasilEuroâ€, creada por íél supuestamente para propagar el evangelio de Cristo y para ampliar la colaboración entre las Iglesias de Amíérica Latina y Europa.
Además, “BrasilEuro†tenía tambiíén -según sus estatutos- el objetivo de ayudar a todos los residentes latinoamericanos a integrarse y regularizar su situación migratoria mediante apoyo jurídico y cursos de lenguas.
Para entrar a formar parte de esta asociación, los inmigrantes debían pagar una cuota anual de 24 euros, que les facilitaba además el contrato de trabajo con la empresa de limpieza.
Según las autoridades laborales belgas, los trabajadores en situación irregular no serán imputados en este caso, si bien no podrán reclamar el estatus de víctima de trata de seres humanos porque no fueron privados de libertad ni obligados a trabajar en condiciones inhumanas.
En cualquier caso, podrán presentarse como demandantes si lo consideran oportuno, ya que pagaron una cuota para conseguir un contrato de trabajo ficticio y, además, no se les ha pagado desde febrero.
Las fuentes diplomáticas consultadas por Efe han precisado que el “principal problema†que afrontan ahora es el económico, ya que desde febrero no pueden canjear los cheques servicio y, por tanto, no pueden hacer frente a sus gastos.
Por el momento, varias asociaciones caritativas se han hecho cargo de estos inmigrantes, “las principales víctimas†de esta trama, según han recalcado desde las embajadas ecuatoriana y brasileña en Bruselas.