Objetivo de la Bolsa: recuperar lo perdido en el año
por Josíé Antonio Fernández Hódar en Expansión
Muchos gestores esperan señales muy claras para entrar en bolsa, pero íésta pocas veces, por no decir ninguna, nos da una señal inequívoca que permita entrar con ciertas garantías de no equivocarse.
Generalmente las batallas se dan entre elementos antagónicos que, en nuestro, caso podrían estar entre la euforia y la prudencia. Pero no hay euforia en los inversores, a pesar del importante tramo alcista que han desarrollado, desde el pasado día nueve, casi todos los valores cotizados. El pesimismo es la nota dominante. Los comentarios de los analistas van, desde el tremendismo de los radicales, generalmente los más inexpertos, hasta las dudas razonables de quienes tienen responsabilidad de gestión. Son precisamente estos los que luchan entre el miedo de volver a equivocarse y la prudencia que han de hacer gala quienes gestionan capitales ajenos.
Esta semana he tenido la ocasión, todo un lujo, de intercambiar opiniones con dos viejos amigos, bolsistas de consumada experiencia, y de los que siempre se aprende mucho.
La conclusión: que la bolsa nos va a dejar a todos, una vez más, fuera de juego. Que hará lo tenga que hacer, no lo que nosotros nos empecinemos en que haga. Que hay señales positivas.
Que las bolsas tienen ganas de subir y suben fuerte cuando los datos que se publican son buenos, o menos malos de lo esperado, mientras que bajan poco con lo malo que va saliendo a la luz.
Estarán conmigo que, con la que está cayendo, la bolsa no tendría vergí¼enza si se pusiera a subir como una loca desmelenada. Hasta ahí, supongo que de acuerdo. Pero un servidor no se cree que sufra un segundo crack, despuíés del que ya ha sufrido, cuando se están sentando las bases para que el mundo entero, incluida España, que lo tiene crudo, salga de esta. En esto seguro que no vamos a estar de acuerdo.
