Diez euros es la cantidad que pagan algunos ciudadanos por que sus cuerpos sean congelados en el momento de su muerte, según informa el matutino londinense “Daily Mailâ€.
El número de ciudadanos que optó por dejar sus restos a la ciencia para que ella disponga en un futuro sobre su resurrección, aumentó los últimos años debido al descenso de los precios.
Según el tabloide, ya no es necesario ser millonario para aspirar a la inmortalidad futura. El Cryonics Institute, una organización privada que almacena cuerpos durante el tiempo que el difunto quiera, ha establecido unas tarifas modestas, 10 euros a la semana; “más barato que una pizzaâ€, dice una futura congelada.
El paquete completo “postmortem†incluye congelación y mantenimiento (el cuerpo es sumergido en nitrógeno líquido) hasta que los avances científicos den con el tratamiento que devuelva a la vida al muerto.