Los responsables de la caja ocultaron que el supervisor aconsejó una fusión en octubre y noviembre de 2008. La entidad llegó a contemplar la emisión de cuotas para reforzar su solvencia.
El 19 de diciembre de 2008, Caja Castilla La Mancha –intervenida por el Banco de España hace una semana– celebró en Cuenca su Asamblea General. En ella, el consejo de administración de la entidad elevó a su órgano máximo de gobierno las directrices de un "plan de austeridad" de cara al 2009 que se le avecinaba. Despuíés de haber multiplicado su tamaño "por dos en los últimos tres años", tocaba "afrontar las restricciones del críédito y los elevados costes de la morosidad que derivan de la situación económica general", señaló en la asamblea el director general de la entidad, Ildefonso Ortega Rodríguez-Arias, según consta en las actas del encuentro a las que ha tenido acceso EXPANSIí“N.
De acuerdo con el citado documento, los responsables de la gesión de la entidad no trasladaron a los miembros de la asamblea que el futuro de la caja podría pasar por una fusión que el Banco de España ya les había solicitado que empezasen a buscar, debido a su debilitada situación financiera.
Según señaló el gobernador del supervisor, Miguel íngel Fernández Ordóñez, el pasado jueves en el Congreso de los Diputados, "este mensaje fue transmitido oficialmente a los principales responsables de la caja a principios de octubre de 2008". No obstante, los directivos incidieron en la idea de que la caja tenía una "implicación activa con su región", un mensaje que no hacía presagiar una fusión.
Advertencias
Los principales directivos de CCM tampoco informaron de las advertencias del supervisor ni de la sugerencia de fusión al consejo, celebrado el 27 de noviembre, como han confirmado a este diario varios consejeros del PP.
Según las cuentas del primer semestre que se presentaron en la asamblea, la ratio de morosidad se había multiplicado por seis en medio año, hasta el 3% (cerró 2008 en el 5,1%). La cobertura de estos críéditos dudosos era del 68,66% en junio y del 36% en diciembre, pese haber iniciado el año por encima del 300%.
La ratio de solvencia se situaba aún en el 9,22% en junio, para deteriorarse en diciembre hasta el 7,2%, por debajo ya de los mínimos regulatorios. No obstante, el negocio básico (medido por el avance del margen de intermediación) seguía sano al crecer un 23,36% en los seis primeros meses de 2008, como apuntó la directiva en la asamblea de finales de año.
Y en ese momento ya se constataba que el principal foco de riesgo estaba en la corporación CCM, brazo inversor de la entidad, que hasta junio perdía más de tres millones de euros, cuando un ejercicio antes ganaba en el mismo período 68 millones.
La principal causa de este descenso eran sus píérdidas en bolsa, según señalan fuentes conocedoras de la situación. De esta forma, el resultado provisional de cierre del año conocido por el consejo arrojaba unas ganancias de 92 millones en la actividad minorista de la caja, que se reducían a 30 millones de beneficio en el resultado consolidado.
No obstante, el Banco de España había detectado que la entidad debía realizar ajustes de su patrimonio neto por valor de 600 millones, según el documento de la inspección, adelantado el pasado jueves por EXPANSIí“N, tras la revisión de las inversiones crediticias y de la corporación.
Pese a que la imagen financiera de la entidad que se transmitió en la asamblea distaba mucho de ser idílica, ninguno de los discursos de los directivos hacía presagiar una intervención estatal tres meses despuíés. El director general de la entidad –en respuesta a una pregunta del consejero del PP, Jaime Ramos, sobre la concentración de riesgo crediticio– apuntó en la asamblea que "efectivamente puede haberse dado en algún caso una concentración de riesgo".
Sin embargo, subrayó que "la entidad trabajaba con empeño" en evitar estas concentraciones. En esa misma reunión, la directiva de CCM planteó a este órgano de dirección la posibilidad de emitir cuotas participativas para reforzar su solvencia, aunque no fue sometido a votación.
El presidente de la entidad intervenida, Juan Pedro Hernández Moltó, evitó durante su intervención en la asamblea referirse a los procesos de fusión con entidades de otras comunidades y matizó que la caja estaba "implicada" con su región. Además, subrayó que la entidad había sufrido desde principios de año "un ataque reputacional injusto y gravísimo", según consta en las actas. CCM denunció este ataque a la Policía y, según se aseguró en la asamblea, las investigaciones habían detectado la "fuente" de estos comentarios injuriosos, contra la que querían dirigir una querella criminal.
De cara a 2009, Hernández Moltó señaló que había que reforzar la solvencia y que era necesario "profesionalizar nuestro debate [de los consejeros] en mayor medida, para que la caja sea más competitiva, a costa de ser menos entrañable".
Inversión millonaria para promotores
CCM financió a un reducido grupo de empresarios con inversiones millonarias. La entidad otorgó críéditos por importe de 1.000 millones de euros, equivalentes al 100% de sus recursos, a un grupo de cinco promotores inmobiliarios de la comunidad castellano manchega relacionados con la construcción del aeropuerto de Ciudad Real.
El dinero no sólo se destinó a este proyecto, calificado como uno de los más ruinosos en los que está implicada la entidad, sino tambiíén a otras inversiones fallidas que han elevado la morosidad de la caja a niveles cercanos al 15%. Pero CCM no tiene un agujero patrimonial, ya que su patrimonio neto es positivo.
Este problema surgiría en el momento en que no cumpliera la legislación para contar con un coeficiente mínimo de recursos propios del 8% de sus activos de riesgo. Donde sí existen dificultades es en la situación de liquidez de la entidad que llegó a ser insostenible por la continua retirada de depósitos.