La dirección de la compañía da por cerrada la políémica, hasta que haya vacantes o hasta que el grupo constructor y de servicios lo exija de nuevo.
La dirección de Iberdrola, compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán, da por cerrado el políémico asunto de la petición de ACS, su primer accionista, de entrar en el consejo, según fuentes cercanas al grupo energíético.
Para Iberdrola, en la última junta del pasado 19 de marzo, y en el consejo previo que celebró la compañía, ya se siguieron los procedimientos oportunos para dar respuesta (negativa) a esa propuesta. Y con eso, asegura, es suficiente. Se desinfla así la idea inicial que existía en el sector, donde se daba por hecho que la junta de este año no iba a abordar el asunto y que el tema debería ser debatido en consejos posteriores, como el de abril.
Así las cosas, el consejo de Iberdrola se olvida del asunto hasta que no se produzca un nuevo escenario, que sólo podría llegar porque, o se produce una vacante en el máximo órgano, o porque ACS vuelve a plantear su petición, quizás en tíérminos mucho más contundentes desde el punto de vista legal.
Las diferencias entre la dirección de Iberdrola y su primer accionista se remontan a hace más de un año. Pero en el último mes se han producido algo más que declaraciones.
Manos libres
La salida definitiva de ACS del capital de Fenosa este año deja las manos libres al grupo de construcción y servicios para escalar posiciones en Iberdrola, donde ahora tiene más del 12%, entre participación directa y derivados financieros, y en cuyo consejo quiere tener presencia. Entre otras cosas, para poder contabilizar por puesta en equivalencia su participación.
Pocos días despuíés de vender su participación en Fenosa a Gas Natural, ACS remitió una carta al presidente de Iberdrola, a mediados de marzo, expresando su deseo de entrar en el consejo de la elíéctrica. La misiva, a pocos días de la junta de Iberdrola, dio paso a una reunión de Sánchez Galán con el presidente de ACS, Florentino Píérez, en la que el máximo responsable del grupo energíético le transmitió que informaría al consejo de esa petición y que debía ser íéste, y los órganos de Gobierno de la elíéctrica, los que decidieran. Para unos, la reunión fue el primer paso de un entendimiento. Para otros, una forma de esquivar la petición.
Cualquier movimiento de uno y otro, empieza ahora a mirarse con lupa, especialmente los puntos y las comas de lo que se dice en cada momento, por la importancia que puedan tener de cara a un eventual desenlace judicial.
Para la dirección de Iberdrola, del masivo apoyo que recibió en la junta el cambio de estatutos propuesto (que en la práctica suponía restringir el acceso al consejo, reduciendo de 19 a 15 el número de miembros posibles), se deduce que la mayoría votó por impedir la entrada de un representante de ACS.
Ese punto, incluyendo la ratificación de Samantha Barber como nueva consejera, fue aprobado por un 85% de los accionistas (con ACS votando en contra). Tras las votaciones, Sánchez Galán, puntualizó: «Quedan aprobados todos los acuerdos. Por consiguiente, no se ha producido vacante en esta junta y, en consecuencia, el derecho de representación proporcional no ha podido desplegar sus efectos en esta reunión».
Esa es una frase determinante para entender por quíé Iberdrola da por zanjada la cuestión. La petición que ACS hacía en su misiva, formalmente impecable, se basa en el planteamiento de abrirse un hueco en el consejo si se producen vacantes. ACS tiene derecho a estar representado en ese órgano por la participación proporcional que le correspondería como gran accionista.
Si ahora hay quince miembros, en teoría, el 7% del capital que tiene ACS de forma directa le daría derecho a, al menos, un miembro (2 si además se consideran los derivados). Al aludir a la inefectividad, en la junta pasada, del derecho de representación proporcional, tácitamente Sánchez Galán está emplazando el asunto de ACS hasta, al menos, la junta del próximo año. Antes no hay vacantes, a no ser que se produzcan de forma fortuita.
A por 100.000 pymes
Iberdrola lanza mañana una nueva campaña para pymes con descuentos del 12% en el suministro de electricidad en 2009. La contratación del servicio de asistencia, además, supondrá una rebaja adicional del 3% para los clientes, que podrían beneficiarse así de un descuento total del 15% en su factura elíéctrica. Las pymes que quieran suscribir esta oferta podrán hacerlo hasta el próximo 30 de junio. Iberdrola cuenta ya con más de 75.000 pymes como clientes en la modalidad de baja tensión.
El grupo, presidido por Ignacio Sánchez Galán, espera superar la cifra de 100.000 a lo largo del presente ejercicio. Iberdrola trata así de anticiparse a los nuevos cambios normativos.
El pasado viernes, el Gobierno aprobó una reforma de la denominada Tarifa de íšltimo Recurso (TUR). Bajo este nombre se conoce el precio máximo que las compañías pueden cobrar a los clientes de baja tensión. Hasta ahora, todos podían acogerse a esa tarifa, independientemente de que, voluntariamente, alguno decidiera acudir a otras ofertas del libre mercado. Desde julio de este año, sólo podrán acogerse a la TUR los usuarios con contratos de 10 kw o menos, (24,9 millones de clientes).
El resto (1,25 millones de clientes, fundamentalmente pymes y autónomos), pasarán al libre mercado. La CNE, el órgano regulador, ha advertido que ahora hay poca oferta, y que esta es confusa (ver EXPANSIí“N del pasado sábado).
¿Relación imposible?- Primer accionista. Con participación directa y derivados, ACS tiene más del 12% de Iberdrola. Es el primer accionista, por delante de BBK (7%) y Bancaja (6%).
- Sin hueco. Iberdrola argumenta que no hay vacantes en su consejo para ACS, y ahora menos, que el número de miembros posibles ha pasado de 19 a 15.
- Como una piña. Iberdrola ondea el resultado de su junta como prueba de cohesión del consejo y otros accionistas, que votaron por el cambio de estatutos.
- Sin cambios. A no ser de forma fortuita, no hay previstas vacantes en el consejo (por expirar el mandato) hasta, al menos, marzo del próximo año.