Buscando que cada dólar rinda lo más posible, un número creciente de personas está acudiendo a los remates, pero no de antigí¼edades ni de arte.
Se están rematando cortes de carne, bolsas de papas fritas y brócoli congelado.
Funcionan de la misma manera que cualquier remate, pero venden productos dañados y sobras de los supermercados a precios rebajados.
Está subiendo la demanda para estos remates, y tambiíén el número de personas que acuden a ellos, según dicen los subastadores de ventas de comida al por mayor y los organizadores de los eventos.
El fenómeno ya a llegado a por lo menos nueve estados del país, incluyendo a Pennsylvania.
Un remate fechado para las cinco p.m. hoy en el pueblo de McVeytown, en el centro del estado, ofrece jamón de pascuas, queso, pollo, cafíé, frutas, y más.