Las promotoras españolas salen del mercado francíés para hacer caja
Por Luzmelia Torres en La Gaceta
Las ventajas fiscales para las compañías patrimonialistas que cotizan en Francia y el volumen inmenso del mercado de oficinas (40 millones de metros, frente a los 24 de España) y sus buenas rentabilidades fueron los atractivos que llevaron a las promotoras españolas en 2004 a convertir a Francia en el edíén de sus inversiones.
Cinco años más tarde, las inmobiliarias españolas —ahogadas por las deudas y en un entorno de falta de liquidez— han puesto sus negocios galos a la venta. “Francia ha sido siempre un mercado muy líquido y sigue siendo atractivo para el inversor, con rentabilidades por encima del 6%. Es lógico que las promotoras españolas quieran vender porque necesitan liquidez y el mercado galo todavía tiene recorridoâ€, afirma Thierry Julienne, director general adjunto de inversiones de Exa Asesoramientos Inmobiliarios Internacionales. Con la ley francesa antigua, la adquisición de compañías que cotizaban en la bolsa de París otorgaba un plus a los compradores, ya que el ríégimen fiscal del país premiaba a las inmobiliarias patrimonialistas que destinaban al menos el 5% de sus ingresos de alquiler y el 50% de sus plusvalías antes de final de año al reparto de dividendo.
Colonial abrió la veda
Además, estas sociedades (SIIC, en sus siglas en francíés) se ahorraban la prima de cotización, al estar menos expuestas a los sobresaltos del mercado de la vivienda. Con este objetivo, Colonial abrió la veda en junio de 2004, al adquirir Sociíétíé Fonciere Lyonnaise (SFL) por 1.638 millones. Le siguió Metrovacesa al hacerse con el 68% de la mayor inmobiliaria francesa, Gecina, por 5.500 millones.
Realia, filial de FCC y Caja Madrid, se hizo con el 90% de SIIC de París, por 586 millones, tras lanzar una opa por el 100% de la sociedad en julio de 2006. Restaura adquirió el 97,2% de la cotizada Franco Belges Participations (FBP) por 12 millones.
Martinsa-Fadesa, entonces Fadesa, presidida por Manuel Jove, tambiíén saltó al país galo, en este caso con la compra de una promotora no cotizada, Financiere Rive Gauche. En la misma línea actuó Grupo Lar con la compra del 70% de Ogic, una promotora francesa no cotizada. El objetivo de Fadesa y Grupo Lar era su diversificación geográfica.
Otra fórmula para entrar en el mercado francíés ha sido a travíés de la adquisición de inmuebles como Renta Corporación, Parquesol, Metrópolis, Banif y Sacyr Vallehermoso, que a travíés de su filial de patrimonio Testa adquirió la Torre Adria, situada en el barrio de La Díéfense de París, por 600 millones, para lo cual creó una filial patrimonial francesa, Tesfran.
Toca retirarse
El imperio inmobiliario que crearon las promotoras españolas en Francia se desvanece. Toca retirarse y han puesto sus activos a la venta. Por un lado, las inmobiliarias que compraron sociedades patrimonialistas cotizadas para beneficiarse del ríégimen fiscal tienen que cambiar ahora sus condiciones, según la nueva ley francesa, y reducir su capital en la cotizada gala por debajo del 60% si quieren seguir manteniendo sus ventajas fiscales.
En estos momentos de crisis que vive el sector no perder estos beneficios es importante, por lo que las compañías ya han empezado a mover ficha. SFL ha vendido el 30% a sus bancos acreedores y Gecina y Realia buscan comprador para quedarse con menos del 60%.
Tambiíén han colgado el cartel de se vende para sus activos las promotoras españolas que compraron en Francia, como Renta Corporación; SFL, con varios lotes de edificios de oficinas en el centro de París para obtener liquidez y poder pagar el dividendo a sus accionistas; Parquesol, que sólo mantiene un inmueble en París; y Restaura, que ha vendido a Amancio Ortega su mayor proyecto en Francia, la rehabilitación de un barrio con 875 viviendas a las afueras de París.
Otras, como Martinsa-Fadesa, mantienen su negocio en Francia pero sin apenas movimiento. Por el momento no tiene ningún trabajo terminado, aunque cuenta con 14 proyectos residenciales, todos en proceso de desarrollo y ha tenido que renunciar a su mejor proyecto con la construcción de las Torres Lavallois, cerca de La Díéfense.
Otras inmobiliarias, como el Grupo Lar, que apostó fuerte por el mercado francíés con la compra de la promotora Ogic, ahora han decidido poner tierra de por medio y vender la empresa a la francesa Morebret Bentrelfamgle y de esta forma abandonar su presencia en el país galo. Las promotoras españolas consideran Francia un país para desinvertir en estos momentos con el fin de hacer caja.