Las mejores opciones de bonos corporativos del mercado
Publicado en Expansión por S. Píérez
La deuda de empresas está bajo el foco, con ríécord de emisiones en Europa en el primer trimestre y un creciente interíés de los inversores.
La deuda corporativa está en boca de todos. El interíés de los inversores por este tipo de activos se ha acrecentado durante los últimos meses de fuertes turbulencias de los mercados financieros, en los que las bolsas se han mostrado imposibles. Al mismo tiempo, los emisores están desplegando una actividad sin precedentes en el mercado primario. Las colocaciones de bonos de las empresas europeas han alcanzado un volumen histórico de 131.061 millones de euros en el primer trimestre de 2009, un 165,8% más que en el mismo periodo de un año antes y un 198,18% más que la media trimestral registrada desde 2005.
En España, Santander se ha unido esta misma semana a las únicas tres compañías que han emitido bonos en los primeros meses de 2009 –Iberdrola, Telefónica y Repsol–. El banco ofrece títulos de renta fija, a dos años, valorados en 1.250 millones de euros, por los que pagará un 3,375%.
El rebote de la renta variable –los principales indicadores mundiales han subido una media de más del 20% desde el pasado 9 de marzo– no parece una competencia seria para estos activos. Aunque buena parte de la liquidez se haya orientado en las últimas semanas hacia las acciones, los bonos corporativos siguen teniendo su público. Y, según los expertos, por ahora no se vislumbra el momento de su declive porque, como subrayan muchos profesionales, la deuda de las empresas ofrece una de las mejores oportunidades de inversión en tíérminos de rentabilidad-riesgo en más de tres díécadas. Eso sí, hay que contar con que los spreads (puntos de rentabilidad extra sobre la deuda pública que se exige a las empresas para confiarles su dinero en lugar de colocarlo en el Tesoro Público) descuentan que habrá un incremento drástico de la tasa de impagos, al menos sobre el papel.
Quiebras en el horizonte
Según los cálculos de la gestora Legg Mason, los precios actuales del mercado dan por hecho que más del 30% de los bonos corporativos tendrá mora en los próximos cinco años, pero los expertos de esta firma coinciden con la mayoría de los profesionales en que «esta posibilidad es inconcebible». «Los diferenciales te dicen que una de cada tres compañías van a quebrar. Esto no ha pasado nunca», asegura Ignacio Rodríguez Añino, responsable de M&G Investment para España. «Se descuenta que el fin del mundo va a ser mañana», comenta Javier Ruíz, responsable de Dexia AM en España, en referencia a la exageración que se está viendo en este mercado. «A no ser que veas que vamos a entrar en una depresión, y entonces no comprarías nada, tienes bonos con rentabilidades del 20% y el 25%, con lo que la ocasión es única. Tambiíén es cierto que todo el mundo señala ahí, pero no hay tanto movimiento», dice Rubíén García Páez, director general de Threadneedle para Iberia, Latinoamíérica e Italia.
¿Son interesantes los bonos coporativos para los inversores particulares? Según Fíélix López, director de Atlas Capital Gestión de Patrimonios, se trata «de un activo más. Teniendo en cuenta la relación rentabilidad/riesgo de algunos activos que tienen grando de inversión (equivalente a BBB), creemos que tiene sentido». Los matices son siempre importantes. No se puede meter en el mismo saco la deuda emitida por una empresa solvente, líder en su sector y con perspectivas de negocio sólidas, y la de una compañía con un futuro incierto; las rentabilidades que ofrecen así lo reflejan. Por ejemplo, la emisión de Santander de esta semana se ha hecho con un cupón del 3,375%, y una de las últimas operaciones realizadas por una empresa (Volvo) perteneciente a un sector en crisis, como el automovilístico, se hizo el pasado mes de marzo ofreciendo un rendimiento del 8,5%. De ahí que el ráting de las emisiones de las compañías sea fundamental, hasta el punto que en el mundo de los bonos corporativos se distingue entre dos mercados –investment grade (grado de inversión) y high yield (alto riesgo,)– y se habla mucho de calidad.
Los expertos coinciden en que a los pequeños inversores que quieran adquirir deuda de empresas les conviene fijar sus objetivos en el mercado de grado de inversión. «Cuando consideras dónde está el tipo de interíés [el BCE bajó el precio oficial del dinero de los países del euro al 1,25% la semana pasada], que puedes entrar en compañías sin apalancamiento, solventes y de calidad, como Deutsche Telekom, France Telecom y KPN, con rentabilidades cercanas al 6%, es evidente que la deuda corporativa, en determinados casos, puede interesar», afirma Sasha Evers, director general de BNY Mellon AM España.
Diversificación
Otra de las claves a tener en cuenta por los inversores menos experimentados, en opinión de los profesionales, se refiere a los inconvenientes que surgen a la hora de tomar posiciones directamente en el mercado de deuda corporativa. Por un lado, hay barreras de entrada, porque las emisiones suelen tener unos mínimos de inversión, que habitualmente se sitúan en torno a 50.000 euros. Pero, más importante aún, según los expertos, es el hecho de que en este mercado resulta fundamental una adecuada diversificación. «Si haces apuestas concentradas, asumes un riesgo innecesario», dice Gustavo Trillo, responsable de la gestora de Morgan Stanley en España.
La diversificación es fundamental en este tipo de inversión. «Para hacer una buena cartera de deuda corporativa hay que contar con un mínimo de diez o quince referencias», asegura Fernando Hernández, responsable de gestión de Inversis Banco.
Los expertos subrayan que contar con un abanico amplio de nombres en la cartera permite compensar los posibles efectos de hipotíéticas suspensiones de pagos de deuda de algunas compañías que, casi inevitablemente, las habrá, teniendo en cuenta las perspectivas de deterioro de la economía. Esto es lo que Rodríguez Añino denomina «minimizar impagados». Es decir, se trata de conseguir que el posible impago en uno de los emisores pueda ser compensando con los intereses y la recuperación del capital invertido en las empresas superviviente.
A travíés de fondos
Para un inversor particular, esta diversificación puede suponer una tarea prácticamente imposible, dado el dinero que habría que desembolsar y el análisis que requiere. De ahí que la fórmula más apropiada para contar con una cartera suficientemente diversificada sea entrar en este mercado a travíés de fondos de inversión. í‰sta es la recomendación de los expertos para minorista
Las apuestas de los expertos son ahora bastante comunes: todos recomiendan telecomunicaciones, utilities (empresas de servicios públicos) y consumo no cíclico, que están ofreciendo rentabilidades cercanas al 6%. «No es el momento de tomar riesgo, sino de hacer una cartera conservadora«, concluye Evers.