La banca ha dado una nueva vuelta de tuerca a su política crediticia. Los últimos datos del Banco de España -hasta febrero- reflejan que la financiación a los hogares no sólo ha dejado de aumentar, sino que cae de una forma cada vez más pronunciada. En concreto, el flujo efectivo prestado por el conjunto del sistema financiero a las familias -es decir, el saldo entre los nuevos príéstamos y los que han vencido- fue negativo en 8.800 millones en los últimos tres meses.
Se trata de un fenómeno verdaderamente histórico en la economía española, que nunca antes había cosechado unos resultados tan adversos. Ni siquiera durante las recesiones de los años 80 y 90. Sólo hay que tener en cuenta que en el mismo periodo del año pasado -entre diciembre de 2007 y febrero de 2008-, el flujo efectivo de dinero que llegó a los hogares para hacer frente a sus necesidades de endeudamiento ascendió a 7.871 millones de euros. Es decir, que se han ‘retirado’ de la circulación más de 16.000 millones de euros en apenas un año, lo que explica las dificultades que están teniendo los hogares para acceder al críédito.
En tíérminos anuales, las cifras son más elocuentes. Si en 2006, el dinero nuevo que llegó a las familias ascendió a 127.886 millones de euros, un año más tarde, el flujo efectivo había bajado ya a 97.407 millones, pero es que en 2008 el grifo del dinero sólo fue capaz de conceder 38.397 millones. Si se proyectan los resultados de los dos primeros meses del año al conjunto del ejercicio es muy probable que en 2009 la financiación nueva los hogares (no la antigua) sea negativa por primera vez en la reciente historia económica de España.
El ajuste del críédito está siendo especialmente significativo en todo lo relacionado con el sector vivienda, lo que explica, sin lugar a dudas, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Según los datos del Banco de España, la financiación para la adquisición de viviendas (tanto los nuevos príéstamos como los antiguos) creció en febrero a un ritmo del 3,2%, ocho díécimas por debajo de un año antes. Muy lejos, por lo tanto del 13% alcanzado en 2007. Y a una distancia sideral del 20,4% registrado el año anterior.
Las empresas todavía registran flujo positivo
Las familias son, de hecho, el sector económico que más está sufriendo el ajuste del críédito, muy por encima que las empresas, que aunque han visto un progresivo endurecimiento de las condiciones de los príéstamos, todavía registran flujo efectivo positivo. En concreto, recibieron durante los últimos tres meses 9.835 millones de euros. Desde luego, una cantidad insuficiente para cubrir sus necesidades de financiación, que aún así crecen a un ritmo anual del 6,7%, tres díécimas menos que un mes antes, pero menos de la mitad que hace un año.
La restricción del críédito que están sufriendo las familias puede explicar en parte que siga creciendo el número de hogares que utilizan príéstamos hipotecarios con otras finalidades distintas a la adquisición de vivienda. Según el Banco de España, el saldo vivo de este tipo de operaciones ascendía al acabar el año pasado a 44.198 millones de euros, algo más de 3.500 millones más que un año antes.
Esto significa que en España apenas se ha seguido la cultura del críédito desarrollada en otros países, principalmente en EEUU, donde parte del consumo y del gasto corriente se financia vía príéstamos hipotecarios. La vigilancia del banco central sobre este tipo de operaciones puede explicar su escasa penetración en el mercado del críédito