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ENTREVISTA Koikili Lertxundi
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sapakondi:
Nika Cuenca | 05/12/2007
Un campeón de lucha libre olímpica en el Athletic. ¿Cómo le dio por practicar esa disciplina?
Todo empezó a los seis años. Llegó a mi pueblo Fíélix Oreitia, que era árbitro de la Federación, para dar clases de gimnasia y lucha. Nos apuntamos unos sesenta y acabamos saliendo seis campeones de España, cinco chicos, dos de mis hermanos y yo, y Maider Unda, que estará en Pekín.
¿Lo pudo compatibilizar con el fútbol?
En Otxandio no había equipo federado hasta los catorce años, por lo que sólo jugábamos a fútbol en la calle. Siendo cadete, me hicieron ficha del juvenil del Vulcano y esa temporada practiquíé las dos cosas. Me fichó el Aurrera de Vitoria y tuve que decidir entre la lucha y el fútbol. Mi último combate fue en un campeonato de Europa en Sofía, terminíé undíécimo.
Dejó la íélite de la lucha para ser un juvenil más en el fútbol. ¿Por quíé?
Los medios que había para poder progresar en la lucha eran muy pobres. Entrenábamos como mucho tres veces a la semana, tampoco había a nivel estatal una Federación fuerte como ahora. No existían becas y ya con esa edad vi que me podía estancar. La otra razón fue que me ofrecían jugar en Liga Nacional en mi primer año juvenil. Pesó más la primera. Mi hermano pequeño lleva cuatro años en Madrid y al menos le da para mantenerse y estudiar.
¿Le sirve de algo su experiencia en esta disciplina sobre la hierba?
Hombre, algo sí. Aunque sea un deporte colectivo, siempre partes de intentar hacer bien tu trabajo. Depende de ti y del contrario que tienes enfrente. La lucha libre me ha servido para mentalizarme.
Lo que sí aprovecha son sus cualidades físicas, sobre todo la elasticidad con que cuenta.
Físicamente, tanto la elasticidad como la potencia vienen bien para el fútbol. Me sirve para manejar un poco el cuerpo cuando tienes al contrario cerca. El cuerpo a cuerpo de la lucha me es bastante útil.
La habilidad compensa la escasa altura. No llegando a 1,70 metros, o eres rápido o muy potente. Su físico recuerda al de Bixente Lizarazu.
Sí, más o menos mi cuerpo es así. La falta de altura es un hándicap y hay que tener un salto potente, para que al menos, cuando no te lleves la pelota, incomodes al adversario.
¿En quíé deporte de los dos hay más juego limpio?
La lucha es más noble que el fútbol. En el marcaje siempre hay resquicios para hacer algo ilegal, es más fácil porque el árbitro está más lejos. En la Liga española hay mucho teatro, se intenta engañar.
Hace un año visitaba con el Sestao River al Marino de Luanco. El sábado, se medirá al Real Madrid en San Mamíés. ¡Quíé gozada!
Recuerdo aquel partido en Luanco, el campo estaba impracticable. Casi se suspende el partido. Fue de traca. Teníamos los tobillos hundidos en el barro, no corría el balón ni cinco metros. Fue el peor encuentro del año. De ahí a jugar contra el Madrid en San Mamíés, un partido que he visto varias veces desde la tribuna. ¡Ufff!
¡Hala, a marcar a Raúl o Robinho!
Me da igual a quiíén, lo que quiero es jugar.
¡Despuíés de haber sufrido en el Camp Nou a Messi!
Pues sí. Todos son difíciles de frenar. Depende de ti y del día que tenga el rival, de lo que puedas comerle la tostada.
Es una máquina, ¿no?
No es que me diese muchos problemas a mí, fue en general al equipo. Se metía mucho por dentro, tiene una gran movilidad. No me encaró demasiado. Es difícil hasta hacerle una falta.
¿En quíé está notando más diferencia con respecto a la Segunda B?
En la velocidad. El balón no está tan parado, hay que estar muy centrado y colocado, para que los esfuerzos sean mínimos. Hay que tener fuerzas para los noventa minutos. Luego está la tíécnica, en dos pases te la preparan.
Hablamos en el plano defensivo. Lleva diez partidos y toma sus precauciones a la hora de jugar la pelota e ir hacia arriba. En Sestao tenía su iniciativa y lanzaba penaltis y faltas. Marcó ocho goles.
Defender es la primera y máxima obligación. Iríé a más ofensivamente. No es lo mismo en casa que fuera. Me gusta desdoblar y sorprender desde atrás.
El 0-3 de Mestalla fue la bomba. ¡Quíé alegría!
Fue un subidón. Hicimos un partido bastante completo. Meter el último gol con la pañolada que había. Ya vieron cómo lo celebramos, había muchas ganas de liar una así.
San Mamíés le guarda un cariño especial, quizás por llegar a los 26 años desde el fútbol modesto.
Noto el calor de la gente, que está conmigo. Te da más fuerza. Sobre todo cuando las cosas van mal. La estoy gozando.
Ha dejado en el banco a un tal Del Horno, por el que pagó una millonada el Chelsea.
El entrenador tiene que escoger entre uno u otro. Su apuesta es un orgullo para mí, es el copón. Del Horno es muy bueno.
¿Mandarán a la lona al Madrid?
Lo de Valencia nos va a dar un plus de confianza. Sobre todo si el partido se pone feo. Como nos adelantemos, estoy convencido de que vamos a ganar. Con San Mamíés empujando...
¡Menos mal que fichó por el Bilbao Athletic!
Tenía para irme al Lorca o el Granada. Económicamente salía perdiendo, pero me arriesguíé. Tenía dos años para llegar al Athletic. Me convenció Kike Liñero (tíécnico del filial). Fue su empeño y el de mi entorno el que me animó a jugármela. Mi pueblo está ahora en armas. No vea la que se ha montado. ¡Con la de veces que hemos ido a animar al Athletic!
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