elmundo.es/Javier González
Madrid.- Si la economía mundial entra en deflación, la crisis será mucho peor de lo visto hasta ahora. Sería entrar en un círculo vicioso: los precios bajarían, pero el consumo no aumentaría a causa de la crisis financiera, la desconfianza de los ciudadanos y el paro. Así, el empresario despediría más gente y bajaría aún más sus precios para cubrir costes. La economía global podría empeorar aún más.
La inflación española registró en marzo la primera tasa interanual negativa desde que el Instituto Nacional de Estadística elaboró el primer índice de Precios de Consumo en 1962. Ello ha despertado el miedo a que Europa se encamine hacia la temida deflación, como reflejó en su portada 'The New York Times'. "La deflación puede desembocar en una espiral difícil de revertir", advertía el medio.
Esta caída, del -0,1%, ha protagonizado con las bajadas registradas en Irlanda (-0,7%), Portugal (-0,6%) y Luxemburgo (-0,3%) la moderación de precios de la zona euro, donde la tasa de inflación general ha bajado del 1,2% de febrero al 0,6% en marzo.
El Banco Central Europeo aún puede bajar más los tipos de interíés para incrementar la liquidez de la eurozona, arma con la que podría intentar combatir la deflación a la vez que intenta reactivar la economía. Situados en el 1,25%, el organismo monetario no descarta una nueva bajada "muy moderada".
Este margen es el que no tienen para combatir la deflación el Banco de Japón, con los tipos en el 0,1%, ni la Reserva Federal de EEUU, cercanos a cero.
¿Europa está a las puertas de la deflación? de momento, no. La caída de precios debería prolongarse en el tiempo y en todas las actividades económicas para poder afirmarse que se ha producido este fenómeno. Así, lo que podría estar aconteciendo es una corrección de los insólitos precios del petróleo y de los alimentos del pasado año.
El precio del crudo evolucionó en 2008 de forma imprevisible. Con subidas de más de diez dólares en una jornada, el barril llegó a valer 147 dólares en julio tras superar la histórica marca de los 100 dólares el mismo mes de marzo.
Tras alcanzar ese techo histórico de julio, el valor del crudo comenzó a bajar hasta rondar entre los 40 y 50 dólares actuales. Sin embargo, en el camino quedaron manifestaciones de sectores como el de camioneros y el de pescadores porque sus negocios eran inviables con aquellos costes.
¿Quíé causó aquellos precios del carburante? la especulación. Aunque las petroleras negaban esto, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y el Congreso de EEUU atribuyeron a la especulación entre el 60% y el 70% del encarecimiento del crudo. Una acusación basada en que la oferta y demanda de petróleo se mantenía estable pese al encarecimiento.
Por su parte, los precios de los alimentos se encarecieron hasta el punto de que los costes del arroz, el maíz o la harina provocaron autíénticos problemas de abastecimiento en numerosas regiones de ífrica, Asia y Amíérica, mientras que en Occidente se podía comprobar como la cesta de la compra era más cara que nunca.
El Banco Mundial atribuyó un 75% del encarecimiento al uso de cereales para crear biocombustibles y un 25% a los costes del crudo, con un precio por las nubes entonces. Ello alimentó el debate sobre los combustibles 'verdes': solución al cambio climático o crisis alimentaria global.
Todo apunta a una corrección de precios
En Estados Unidos, por ejemplo, los precios han caído un 0,4% en los últimos 12 meses, pero "la inflación subyacente y la de servicios se mantiene en tasas positivas", observa Juan Carlos Martínez Lázaro, economista de IE Business School.
En el caso de España, la tasa anual de los precios en el segmento de 'Transporte' respecto a marzo de 2008, un -22,4%, es la más baja registrada nunca. Una caída a la que se sumaron dos sectores tambiíén a la baja, 'Alimentos y bebidas no alcohólicas' (crecimiento del 0,6% interanual, el más bajo desde 1999) y 'Restauración'.
Aunque la inflación subyacente (1,3%) y de servicios, por encima del 2%, parecen indicar que no hemos entrado en deflación, según Martínez Lázaro, lo cierto es que la menor actividad económica ha tirado de los precios a la baja con "un fuerte impacto". Por ejemplo, los príéstamos al consumo han caído un 39% en los dos primeros meses de 2009 respecto al año pasado.
"La asignatura pendiente sería saber si esta fuerte corrección de los índices de precios que previsiblemente durará hasta entrado el otoño tendrá un impacto en los salarios", advierte el analista de IE Business School.