Nueva York(dpa) – El proceso de insolvencia de Chrysler podría ser el camino más rápido para salvar a la tercera mayor automotriz de Estados Unidos. Las principales preguntas y respuestas sobre su desarrollo:
¿Por quíé puede una insolvencia ser la salvación de Chrysler?
Un proceso legal de insolvencia permite a las compañías estadounidenses seguir trabajando protegidas de sus acreedores, liberarse de cargas y avanzar todo lo posible en su saneamiento. El problema de esta variante de Ley de Insolvencia estadounidense (capítulo 11) es que puede extenderse durante meses e incluso años. Un tiempo del que Chrysler no dispone.
¿Quíé es una “insolvencia rápidaâ€?
La variante no existe formalmente en el derecho estadounidense. El presidente Barack Obama, sin embargo, dará a Chrysler un máximo de entre 30 y 60 días para implementar “un proceso de insolvencia quirúrgicoâ€. Las condiciones de esta vía rápida (“quick-rinse- bankruptcyâ€) deben fijarse de antemano. En el centro de la cuestión se sitúa la rápida adquisición de cargas del fabricante por parte del gobierno, el gremio automotor y Fiat. El juez puede además abrir el proceso a otros posibles interesados.
¿Cuál es el principal obstáculo?
Los acreedores de Chrysler, un grupo de más de 40 bancos, “hedge fonds†y otros inversores. Algunos ya rechazan llegar a un compromiso. Un proceso de insolvencia puede aumentar seriamente la presión sobre ellos y no garantiza ningún íéxito. Otro importante problema: durante la insolvencia, aún menos clientes podrán comprar automóviles de la compañía.
¿Quíé hace falta para que el proceso sea exitoso?
Mucho dinero. El gobierno será la primera fuente de capital. Según los planes, Chrysler necesitará 8.000 millones de dólares de Estados Unidos y otros 2.000 millones de Canadá, que se sumarán a los 4.000 millones ya recibidos del gobierno. Con la consecuente asunción de riesgos por parte del contribuyente.
¿Quíé papel desempeña Fiat?
El principal. Sin un socio internacional Chrysler no era capaz de sobrevivir a la crisis, y no sólo según Obama. La italiana entrará en la compañía con un 20 por ciento que luego ascenderá a hasta un 35 por ciento. Su aporte incluirá tecnología de ahorro y vehículos pequeños, aunque ni un solo euro de capital fresco.
¿Quíé ocurrirá si fracasa el saneamiento de Chrysler?
Se corre el riesgo de producir un efecto dominó. Más allá de Chrysler hay miles de comerciantes, proveedores y otras compañías al borde del precipicio. Y con ellos, millones de empleos en Estados Unidos y Europa.