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VOLUNTARIOSO. Yeste se lleva un balón de cabeza en presencia de De la Red, que ha sido llamado por Aragoníés a la selección para el partido ante Italia.El Athletic exhibió anoche contra el Getafe una esperanzadora mentalidad ofensiva en un día en el que la lluvia y las bajas temperaturas invitaban a pensar en un partido trabado, bronco, que se jugaría en el centro del campo y sin ninguna vocación de tirar para adelante. Antes del encuentro, se planteaban varios interrogantes acerca de quíé versión rojiblanca se vería sobre el cíésped de un empapado San Mamíés. En primer lugar, su capacidad de leer la importancia del choque y de no acobardarse ante un rival que lo hace bien y bonito; y, en el segundo, comprobar el estado de forma de Dani Aranzubia y Asier del Horno, que mantienen una extraña relación con Joaquín Caparrós.
El Athletic sorprendió desde el pitido inicial con su actitud netamente ofensiva. Grata sorpresa se llevaron los valientes que acudieron ayer a un San Mamíés pasado por agua. El Getafe, diseñado para atacar y un magnífico oponente que deja jugar al fútbol, propuso a los rojiblancos una partida en la que ganaría el mejor, no el más trabajador ni voluntarioso, sino el que tratase mejor la pelota. Los hombres de Caparrós recogieron el guante y enfilaron la portería del Pato Abbondanzieri, aunque sufrieron de lo lindo en los minutos finales para amarrar la victoria.
Cuesta recordar un partido en lo que va de temporada en el que el Athletic se olvidó por un momento del fútbol encorsetado y esquemático de Caparrós para apostar por el fútbol en estado puro. Durante la primera parte, los rojiblancos crearon, tocaron y remataron. Orbaiz se encargó de distribuir el juego; Javi Martínez ponía pulmones para partir en dos al Getafe; Susaeta amenzaba por la banda derecha -se borró en la segunda mitad- y Llorente y Etxeberria cazaban oportunidades en el área rival. En cuanto a la defensa, poco trabajo y el que hubo se solventó con eficiencia.
Lo dicho, el Athletic atacó y no se cansó de presionar. Hasta jugó bonito en varias fases del encuentro -y eso es noticia- y se dedicó a combinar, a elaborar para llegar en condiciones a la meta defendida por el Pato. Durante los primeros 45 minutos, los rojiblancos remataron diez veces por los tres disparos del Getafe. Otro dato: los de Laudrup hicieron apenas tres faltas. Lo de proponer el fútbol está bien, pero otra cosa es tratar al rival con guante blanco y extenderle la alfombra para que te suelte la dentellada en cualquier momento. í‰sta se la propinó el viejo zorro Etxeberria a un medido pase de Del Horno.
Luces y sombras
Tras el descanso, el Athletic siguió pisando el área rival. La tuvo Llorente en el minuto 52 -al palo- y sólo unos segundos despuíés cabeceó fuera un córner cuando lo difícil era fallarlo. El Getafe despertó y empezó a buscar a Aranzubia. Lo encontró Uche tras plantarse solo ante el meta de Fuenmayor, que realizó un paradón y evitó el empate.
Y en este punto conviene analizar precisamente las actuaciones del portero riojano -titular por la baja de Armando- y de Asier del Horno. El guardameta tuvo poco trabajo, pero hubo en su concurso luces y sombras. En cuanto a lo único negativo, cabe resaltar esa penosa salida que realizó al filo del descanso que no acertó a despejar. Es incomprensible lo mal que suele medir este tipo de intervenciones. Y para acabar con lo positivo, la ya mencionada y meritoria parada ante Uche y una prodigiosa manopla que sacó para desviar un disparo de Albín.
Por su parte, Del Horno volvió a ser titular -nadie sabe por quíé Koikili 'chupa' banquillo despuíés de ser un fijo en el dibujo de Caparrós- y no lo hizo mal. Se incoporó al ataque -sirvió el gol a Etxeberria y tambiíén un 'pase de la muerte' a Llorente- y tampoco sufrió mucho en defensa. Falló en el minuto 21 de la primera parte, cuando Cortíés entró por su banda y el gallaritno estuvo quiíén sabe dónde. Al final, el Athletic sufrió, pero supo amarrar los tres puntos.