JUAN PABLO MARTíN.-
La euforia sin precedentes que desató en toda Vizcaya la final de Copa no parece haberse visto reducida por la contundente derrota del Athletic ante el mejor Barcelona de la historia reciente. Es más, los casi 40.000 hinchas del equipo vizcaíno que se dieron cita tanto en Mestalla como en la 'ciudad Athletic' no pararon de jalear a sus futbolistas hasta altas horas de la madrugada con cánticos de ánimo y de agradecimiento por haberles permitido vivir, pese a la goleada, un día inolvidable. Contagiada por esa euforia, las dos máximas instituciones vizcaínas han mantenido gran parte del programa diseñado en caso de victoria. Es decir, no habrá gabarra, pero el Ayuntamiento de Bilbao y la Diputación ofrecerán hoy una recepción oficial al club vizcaíno. Futbolistas y tíécnicos partirán de Lezama en dirección a Bilbao a bordo del autobús del club. Los organizadores del acto tienen previsto que los jugadores recorran luego en otro autocar descapotable el trayecto que separa San Antón del edificio consistorial, donde serán recibidos por el alcalde y los concejales alrededor de las 19 horas. Luego serán agasajados en el Salón írabe y, a continuación, saludarán desde el balcón a los aficionados congregados. Una vez concluida la recepción municipal, la comitiva se trasladará en el mismo autobús hasta la Diputación, donde tambiíén agradecerán su apoyo a los seguidores.
Los organizadores estiman que miles de personas secundarán su llamamiento para reconocer a los jugadores su entrega en este torneo y sobre todo en el duelo definitivo disputado el pasado miíércoles en Valencia. Los futbolistas están profundamente agradecidos a los hinchas e incluso algunos de ellos «no han podido reprimir las lágrimas cuando han vuelto a ver por televisión las imágenes de la noche de Mestalla», asegura una persona próxima al vestuario rojiblanco. Quizá por ello, se baraja la posibilidad de que los profesionales tengan algún gesto con los seguidores en los prolegómenos del siguiente partido en San Mamíés, el que les enfrentará la próxima semana al Atlíético de Madrid. «Ninguno va a olvidar el sacrificio de los hinchas por estar junto a ellos en una noche tan especial como la de la final de Copa», añade la misma fuente.
Vestuario tocado
Sin embargo, en el club existe preocupación ante la posibilidad de que un recibimiento masivo tras la derrota en la final pueda restar valor a otros íéxitos o acontecimientos posteriores. En el seno de la plantilla, además, se ha instalado cierta sensación de rubor ante los actos programados para esta tarde por lo complicado que resulta conjugar el «infinito agradecimiento» que sienten los jugadores hacia la hinchada rojiblanca con el mazazo que ha supuesto caer ante el Barcelona y por un resultado tan contundente. Joaquín Caparrós ha reconocido que el vestuario está muy tocado, un estado de ánimo difícil de superar a corto plazo cuando la ilusión que se había depositado en la Copa del Rey era extraordinaria. Por eso, es casi seguro que la plantilla sólo acceda a recorrer las calles de la capital vizcaína en un autobús descapotable, como está previsto por la organización, si la afluencia de aficionados es masiva. En caso contrario, los dos desplazamientos se realizarán en el vehículo oficial del club.
La imagen de tristeza que describió Caparrós sobre el estado de ánimo de sus hombres se visualizó en la tarde de ayer, a la llegada del equipo a Loiu. A pesar de que más de medio millar de personas les animaron sin parar en la terminal, la mayoría de jugadores recorrió con gesto serio el improvisado pasillo que se formó desde la salida de la sala 2 hasta el autobús. Los que no decayeron fueron los seguidores que volvieron a dar una muestra más del sentimiento hacia unos colores. «Lo bonito es esto, y no apuntarse al carro ganador», resumió una de las presentes.